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Más de 160 kilómetros de autonomía con un Renault Zoe

El coche eléctrico de la marca del rombo destaca además por su diseño

02.06.13 - 23:00 -
Más de 160 kilómetros de autonomía con un Renault Zoe

La comercialización de los coches eléctricos empieza a ser una realidad. En el caso de Renault, la apuesta es importante en varios frentes. Por una parte, el original Twizy (fabricado en exclusiva en Valladolid), pequeñas furgonetas como la Kangoo y en cuanto a turismos el Fluence y el recién llegado Zoe. Con este último, hemos tenido la oportunidad de participar en el V Eco Rallye Vasco Navarro, donde entre otras cosas ha realizado una autonomía superior a los 160 kilómetros.

Es la única pega de este tipo de coches. No pueden recorrer más de 200 kilómetros en óptimas condiciones de utilización. Y eso que el Zoe anuncia una autonomía homologada de 210 kilómetros, pero también la marca se encarga en comunicar que en condiciones normales de uso, varía entre 100 kilómetros con temperaturas frías y 150 en época estival. Por lo tanto, es muy sensible al conectar elementos como la calefacción.

El Zoe es claramente una opción de compra para un usuario que realice un pequeño kilometraje diario en ciudad y que pueda recargarlo en su casa o en el garaje de la comunidad de vecinos. Es un coche muy atractivo, con las nuevas líneas de diseño de Renault en el frontal, como una gran parrilla con el logo y también destaca por otros detalles como los LED de luz diurna. Al ser un poco más alto que un Clio, la posición al volante es un poco más elevada lo que proporciona una mejor visibilidad. Estamos convencidos de que el Zoe tendría una buena aceptación si se ofreciera también con motores de gasolina o diésel.

Para comprobar en unas condiciones exigentes de utilización el comportamiento del Renault Zoe, hemos participado en el V Eco Rallye Vasco Navarro, única prueba que se celebra en España para la Copa FIA de energías alternativas. En este tipo de competición no se trata de llegar el primero sino de gastar lo menos posible y, sobre todo, cumplir a la centésima una velocidad media que por lo general suele ser inferior a los 50 kilómetros por hora.

Sin preparación especial

A los coches no se les exige ninguna preparación especial y tampoco es obligatorio el casco para los pilotos. Se admiten diferentes categorías, como los eléctricos, híbridos y también coches de gasolina y diésel pero con la salvedad de que emitan menos de 120 gramos por kilómetro. En el caso de los primeros, recorren un menor kilometraje debido a su autonomía.

Aunque pueda parecer aburrida, lo cierto es que entre los habituales participantes de esta competición, la competitividad es enorme y las diferencias entre los primeros es mínima. El secreto no es otro que llevar unos buenos aparatos de medición, que controla el copiloto, y no perderse.

Los clásicos terratrip, la conocida como pirámide o los últimos blunik son elementos imprescindibles si se quiera optar a la victoria. Y por supuesto un buen copiloto. Si se opta solo con las tablas que facilita la organización y un cronómetro, el trabajo se acumula porque hay que tener en cuenta además del tiempo y la distancia, el error del cuentakilómetros e ir cantando al piloto que vaya un poco más rápido o más lento.

Una vez el Zoe cargado a tope, nos dirigimos al punto de salida en el Iradier Arena de Vitoria-Gasteiz. La conducción del coche no puede ser más sencilla. Dispone de un cambio automático con las posiciones clásicas; palanca en D, acelerador y ya estamos en marcha. Pequeño recorrido por la calles de la capital alavesa, con ausencia casi total de ruido, excepto el que se produce hasta los 30 kilómetros por hora para avisar al peatón de la presencia del coche. En el interior, la instrumentación del Zoe llama la atención con luces en verde y azul para indicar si se va cargando y la velocidad en números.

Una vez en carretera recorremos un tramo de enlace y llegamos a la salida del primer tramo. Vamos hacia el Alto de Ozaeta, leve lluvia, niebla y el termómetro que baja hasta los seis grados justo cuando empieza junio. Las peores condiciones para un coche eléctrico las tenemos. Sin pasar de 55 kilómetros por hora, todo en subida, la autonomía vemos que desciende rápido y vamos con frío porque desconectamos la calefacción. El tramo no es largo y empieza pronto la bajada.

El siguiente tramo de enlace nos lleva hasta el circuito de Los Arcos en Navarra donde se celebra la siguiente prueba cronometrada, esta vez a una velocidad media de 70 kilómetros por hora. Hay más de dos horas hasta que empieza, tiempo necesario para recargar los eléctricos aunque surge un inconveniente importante. Los enchufes del circuito no son trifásicos (sin toma de tierra) y el Zoe no admite carga. La instrumentación refleja una autonomía inferior a los 90 kilómetros y si hacemos las cuatro vueltas al circuito no llegamos luego de vuelta a Vitoria.

Nervios, hablamos con los comisarios, y no nos excluyen (al final anularían el tramo porque no éramos los únicos con el mismo problema). Ahora nos enfrentamos en el dilema de buscar un punto de recarga rápida o volver con una autonomía que es prácticamente la distancia que tenemos que recorrer. Nos arriesgamos y para Vitoria. Otra vez a pasar frío porque hay que subir el puerto y sin calefacción. Los kilómetros de la autonomía empiezan a bajar y como en un coche térmico, en un momento determinado se ilumina un testigo de advertencia. Intriga, pero el Zoe va recargando en las zonas favorables.

Ya tenemos la ciudad a la vista la cifra baja hasta los 14 kilómetros. Ahora la situación se complica por los semáforos pero afortunadamente llegamos al Iradier Arena, eso sí, con nueve kilómetros en el cuadro de instrumentos y una segunda luz de advertencia encendida. En total, más de 160 kilómetros. Rápido a enchufar y a cargar toda la noche.

Al día siguiente, observamos que el coche ha necesitado poco más de ocho horas de carga (no era una recarga rápida) y empezamos la segunda etapa. Con un recorrido total de 80 kilómetros, los tramos en esta ocasión los afrontamos con total confianza. El Renault Zoe nos sorprende por su buen comportamiento, ayudado por unos acertados reglajes de suspensión y los neumáticos Michelín, específicos para este modelo. Es además un coche cómodo gracias a unos asientos que recogen bien el cuerpo.

En definitiva, la nueva oferta de Renault en el segmento de los eléctricos es sin duda de las mejores opciones del mercado. Estética más que conseguida, comportamiento, buena accesibilidad, maletero correcto y facilidad de uso, son algunas de sus virtudes más destacadas.

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