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Los automóviles del segmento B, con carrocerías de entre 4 y 4,10 metros de longitud son, cada vez más, el “coche para todo”. Se espera de ellos que ofrezcan todas las prestaciones de un vehículo de segmento superior, con unos costes de uso y mantenimiento mucho más bajos, sin renunciar al confort y la seguridad. Este tipo de vehículos, comúnmente reconocidos como utilitarios con clara vocación urbana, suponen casi un tercio de las ventas totales, dominando claramente las versiones de carrocería de cinco puertas sobre las de tres, con un porcentaje superior al 85 %, y casi empatando entre motorizaciones diésel y gasolina, entre las preferencias de los clientes.

Responder a las expectativas del mercado en cuestión de prestaciones de los productos es una exigencia que prácticamente todas las marcas y modelos cumplen, pero hacerlo de manera competitiva en términos de coste de utilización (consumos, especialmente) es otra cosa. En el caso del Renault Clio turbodiésel 1.5 litros dCi Eco 2 de 90 caballos, se puede afirmar que cumple con creces todas las expectativas. Gracias a su ligero y eficiente propulsor diésel de 1,5 litros de cilindrada y a la aportación de ayudas a la conducción económica, el Clio dCi Eco 2 de 90 caballos ofrece un par máximo de 200 newton-metro desde apenas 1.750 vueltas, con un consumo récord de 3,6 litros y unas emisiones de 90 gr/km, que marcan nuevos estándares en la categoría.

Y más aún, estas cifras de consumos no son solamente registros de homologación en condiciones imposibles de repetir en el tráfico cotidiano, realizadas en circuitos, de las que habitualmente “se anuncian”. Son cifras a las que cualquier conductor se puede aproximar con efectuar una conducción atenta, anticipando las maniobras de aceleración o frenada, manteniendo un ritmo de marcha moderado y constante y con prestar un poco de atención a las indicaciones del sistema del vehículo para lograr unas medias de consumos de combustible que, si no igualan a las de la prueba del fabricante, sí se acercan bastante.

Además, el intervalo de referencia para el cambio de aceite del motor es de 30.000 kilómetros o cada dos años. La primera revisión se realiza a los 30.000 km. El cambio de la correa se establece al cabo de seis años y 150.000 km. Todo ello hace que el Clio dCi 90 Eco 2 ofrezca una sustancial ventaja competitiva, en términos de ahorro de combustible y coste de mantenimiento.

Con 4,06 metros de largo y 1,73 m de ancho, y una altura de 1,45 m, el Clio es un coche bajo: 45 mm menos con respecto a su predecesor, con unas vías claramente más anchas (36 milímetros más) y una distancia entre ejes de casi 2,60 metros. La altura de la carrocería reducida procura una sensación de asentamiento que beneficia la aerodinámica y, por añadidura, los consumos, mientras que el centro de gravedad más bajo mejora el comportamiento en carretera.

Con un peso total de apenas 1.075 kilos, el Clio dCi Eco 2 es igualmente unos 100 kilos más ligero con respecto a la generación anterior, sobre todo gracias a la utilización de acero de muy alto límite elástico para la estructura de la carrocería, la introducción de un portón de material termoplástico, la disminución del tamaño del depósito de 55 a 45 litros, que permite llevar 10 litros menos de carburante, sin repercusiones para la autonomía gracias a los avances en materia de reducción de consumo. También se ha optimizado el peso de otros elementos como las llantas, el escape, las suspensiones del motor, el travesaño del tablero de a bordo, el bastidor, el sistema de frenado, la barra estabilizadora (hueca), los ejes de transmisión aligerados o el aislante del tablero, sin perjuicio para las prestaciones.

El Clio destaca visualmente por su frontal, con un gran logo puesto en relieve sobre fondo negro, luces de día tipo led y una calandra muy “expresiva”. Al ser un poco largo, más ancho y más bajo que muchos de sus competidores, también permite ofrecer una línea más deportiva y, al mismo tiempo, la distancia entre ejes más grande de su segmento, que sitúa las cotas de habitabilidad a la altura de modelos de gama superior. Para ofrecer una mayor sensación de deportividad, se ha aumentado también la proporción entre el tamaño de la rueda (desplazadas 15 mm hacia el exterior con respecto al Clio de la tercera generación) y la altura del vehículo.

El nuevo sistema de conectividad R-Link del Clio establece el vínculo entre el automóvil y el mundo digital con una gran pantalla táctil de 7 pulgadas (18 cm), un mando de voz intuitivo y un menú de inicio que el usuario puede personalizar para controlar lo esencial de las funciones de forma sencilla. En el sistema R-Link seis iconos dan acceso a navegación, multimedia, telefonía integrada, vehículo, servicios, aplicaciones y ajustes de sistema. Algunas de las muchas posibilidades, incluyen la navegación conectada TomTom, con información de tráfico en tiempo real, optimizando así el tiempo de trayecto y de consumo. Además permite, entre otras cosas, acceder a una función de “eco-conducción”, denominada Driving Eco2, que analiza el comportamiento del conductor y le brinda los consejos adecuados para reducir su consumo.

El Clio Eco 2 ofrece equipamientos como el radar trasero de proximidad, sensor de toxicidad del aire o el sistema de ayuda al arranque en cuesta. Todas las versiones están equipadas con control de estabilidad ESC, frenos antibloqueo ABS, sistema de ayuda al frenado de emergencia SAFE y dirección de asistencia variable eléctrica. En ciudad, su desmultiplicación reducida le proporciona una considerable manejabilidad. Asimismo, dispone de limitador-regulador de velocidad de serie.

En términos de seguridad, el compacto de la marca del rombo ha obtenido la acreditación “5 estrellas” en las pruebas de seguridad Euro NCAP, incluyendo la máxima nota en el apartado de protección de niños. La panoplia de elementos de seguridad pasiva, comprende airbags frontales, airbags laterales cabeza/tórax, cinturones de seguridad con pretensores y limitador de carga (asientos delanteros), reposacabezas antilatigazo cervical y mampara de retención de equipaje. El Clio Eco 2 ya no tiene llave. Se ha sustituido por una tarjeta electrónica que ofrece, según los niveles de equipamiento, la función de apertura y arranque manos libres por reconocimiento de la tarjeta.