Los ganaderos denuncian presiones en el final de las cuotas lácteas

Tras 28 años activo, el régimen de cuotas lácteas toca hoy su fin y lo hace con los productores en alerta. A partir de ahora el mercado queda regulado por la simple fórmula de la oferta y la demanda, un nuevo escenario en el que unos ven oportunidades y otros serias amenazas. Sobre esta liberalización del sistema advertía ayer el secretario general del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca), Pekka Pesonen, al señalar que «aunque el marco regulador ya incluye medidas que pueden ayudar a proteger a los productores contra la volatilidad, como la intervención pública o el almacenamiento privado, estas ya no son una verdadera red de seguridad (...) en momentos de grandes desequilibrios de mercado».

Son cerca de 10.000 las explotaciones gallegas que, a partir de hoy, producirán sin límites, pero atenazadas por una industria que marca sus propias reglas de juego, con precios entre 26 y 28 céntimos el litro, lejos de los 36 que cuesta producirlo.

Desde Galicia, que se encuentra entre las diez regiones europeas con mayor producción de leche, claman contra que el «nuevo paquete lácteo», presentado por el Ministerio de Agricultura, no incluya un precio mínimo para los contratos que se firmen entre productores e industrias lácteas.

En esta misma línea el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, aseguró a ABC que «los ganaderos se enfrentan directamente a una situación de incertidumbre». Lo que podría ser una oportunidad, ya que hay un nicho de mercado de un 30 por ciento en el mercado español, se convierte en una losa para la ganadería de la Comunidad. El líder agrario detalló a este periódico que «la industria amenaza y empieza a especular porque puede recogerte un 80 por ciento de la leche a un precio y el resto a otro con la finalidad de tirarlo por el suelo, y esto no puede, ni debe ser si queremos continuar como productores». Desde las centrales se pide la mediación de las autoridades para «regular el equilibrio en la negociación». Además entienden que de «ir para adelante» tal y como está planteado va a ser perjudicial para todos los sectores implicados.