EL TRANVÍA

COBARDES

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El que sigue no es, ni mucho menos, un ejemplo de artículo de opinión para futuros periodistas. Posiblemente, todo lo contrario. Voy a vomitar, no a concluir. Porque siento que debo hacerlo, porque sé que el mensaje llegará a quien corresponde y porque quizá el lector, de paso, se haga una idea al leerlo de cómo actúan algunos en el mapa político de esta bendita ciudad. Porque en Jerez también se juega sucio, mucho, y se recurre a las malas artes en ocasiones. Afortunadamente, no todos, ni la gran mayoría, sino unos pocos que no se dan cuenta de que lo único que consiguen así es echarse porquería sobre ellos mismos y sobre quienes se supone que quieren ayudar. Además, por supuesto, de desprestigiar todavía más la actividad política, que bastante mala imagen tiene ya como para 'necesitar' de los 'favores' de unos individuos acostumbrados a actuar sin escrúpulos.

Está el que usa la 'libertad' que ofrece la inmensidad de Internet para verter rumores sobre algún actor de la escena política local. Lo peor de todo es que lo hace sin pruebas y aludiendo, en cualquier caso, a cuestiones que para nada tienen que ver ni inciden en la actividad pública que desarrolla. Eso sí, curándose en salud, sin atreverse a dar el nombre y guardándose las espaldas afirmando que se trata de un rumor que corre por la calle. A eso se le llama cobardía. Es sucio y mezquino. No creo que tenga otra lectura ni otros calificativos posibles.

Luego están los que conspiran, ésos a los que gusta organizar reuniones, cenas y/o comidas para maquinar operaciones contra fulanito o menganito. Plantean, incluso, utilizar a algún medio de comunicación local para lograr sus fines. Ya saben, filtrando documentación sobre el sujeto en cuestión que creen que les ayudaría a lograr su objetivo. Buscan el desprestigio empleando las armas que sean necesarias.

Los hay, incluso, que investigan la vida privada de personas para después, si pueden, sacar trapos sucios de ellas. Por supuesto, con la cobardía como bandera. Lo que sucede es que en ocasiones pinchan en hueso. Como pincharán si es cierto, según ha llegado a este cronista, que se han planteado la posibilidad de intentar que este medio pudiese ser el canal de difusión de los resultados de alguna de sus investigaciones, que, por cierto, y por lo que sé, son de lo más parecidas a cualquiera de Mortadelo y Filemón. Sólo, eso sí, que con mucha más mala baba y peores artes.

Hay quien se piensa que en política todo vale. Sin darse cuenta de que, al final, todo se acaba sabiendo y de que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio. En política no todo vale. O no debería. Y personajes de esta calaña, que en Jerez los hay aunque sean pocos, no deberían tener cabida en la escena política local. Ni tan siquiera en la sombra.

Repito: vomito, no concluyo. Porque todo esto da asco.