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Un rey mago que quería oro y ladrillos

El empresario portuense montó su central en Marbella, pero El Puerto siempre estuvo en su monopoly

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los grandes negocios urbanísticos se hacen con grandes amigos en el poder. No es un proverbio chino, pero sí una máxima que ha guiado a Manuel Lores a lo largo de su carrera profesional. Este empresario portuense inició su andadura en el negocio inmobiliario en El Puerto comprando algunas fincas del centro de la ciudad, sin embargo, el salto a Marbella hace años le dio el espaldarazo que necesitaba para convertirse en un reconocido hombre de negocios. En El Puerto entabló amistad con el que ha sido alcalde de la localidad durante más de una década, el independiente Hernán Díaz, que abandonó el cargo hace tres años tras ser inhabilitado por prevaricación. Esta relación le abrió puertas en el municipio.

Manuel Lores logró conquistar Marbella de la mano de Jesús Gil y luego de Julián Muñoz. En este periodo de tiempo inaugura el hotel Lorcrimar y un colegio bilingüe.

Su amistad con Hernán Díaz le permite preparar el terreno en El Puerto y apunta al equipo de fútbol local: Rácing Portuense. Lores se hace cargo de la presidencia del club en 2004 y empieza a potenciar la actividad de sus constructoras: Inverdermol y Lorcris Inversiones. Mientras tanto, los negocios en Marbella seguían viento en popa.

Su gran objetivo en El Puerto era el estadio de fútbol del Cuvillo. Presenta a Hernán Díaz un ambicioso proyecto para hacer un nuevo estadio con capacidad para 20.000 personas en terrenos de su propiedad junto a la depuradora de Las Galeras, en el camino de Puerto Sherry. Para amortizar la inversión pidió además la construcción de viviendas y galerías comerciales, solicitud que fue tumbada ya que los terrenos están en una zona de máxima protección. Su última propuesta antes de ser detenido en noviembre de 2006 era hacer bajos comerciales en el Cuvillo, siguiendo el ejemplo del estadio Carranza.

Lores logró hacerse hueco en El Puerto y fue Rey Mago en 2004. Ese año, su amigo el ex futbolista Mariano Serrano, le ofertó la presidencia del equipo que estaba en horas muy bajas tras seis años en Tercera. El Rey Mago de los ladrillos fue el salvador del equipo. Canceló deudas, cambió el césped del Cuvillo y trajo jugadores y a un técnico con la única intención de saltar a Segunda B. Logró su ambición al segundo intento, pero su detención por el caso Malaya puso freno a sus expectativas. Abandonó el club y los negocios se resintieron. Culmina la operación de los terrenos de Caja Aguas. Este periódico intentó sin éxito contactar ayer con Lores para que ofreciera su versión sobre este último asunto.