ENTRE PALCOS. Vista actual del reloj de Losada que está en la Plaza del Arenal. / LA VOZ
Jerez

Enterrado entre los palcos

Pintoresca vista del reloj que el prestigioso José Rodríguez Losada hiciera para la ciudad de Jerez en 1856, ubicado en la plaza del Arenal

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Lo cierto es que a quién le toque el palco donde se encuentra el reloj, va a ir tomando la hora de cada cofradía con la misma exactitud que el palquillo de toma. El reloj de Losada queda cada año enterrado entre la tribuna de palcos que se montan en la plaza del Arenal con motivo de la Semana Santa. Y es, sin duda, una situación pintoresca. Sólo reservada para observadores de la ciudad y para los jerezanos que disfrutarán estos días de la Semana Mayor junto a esta obra.

Ubicado en este mismo lugar desde 1856, el reloj es obra de José Rodríguez Conejero, que adoptó el nombre de Losada como segundo apellido por la comarca en la que nació, llamada así, en tierra leonesas cercanas a Astorga. Rodríguez Conejero dejó su casa de niño al perder una vaca. Sus padres le echaron del hogar hasta que no volviera con la ternera perdida. Y así fue a parar, tras algunos años como destacado militar y tras alguna refriega política, a Londres, donde aprende el oficio de relojero.

Losada envió uno de sus relojes a España en el año 1865. Fue un regalo que quiso hacerle a la capital, yendo a parar a la Puerta del Sol y siendo hoy día el reloj que marca la entrada del nuevo año a millones de españoles.

Relojero real

Llegó a fabricar relojes para la Reina Isabel II y también destacó por frecuentes encargos que atendió de la Armada Española. Algunas de las joyas que hizo para la Marina se encuentran en el Observatorio Naval de San Fernando.

Fue sin duda fue el más prestigioso relojero de su época y en tan sólo tres ocasiones salió de Londres para venir a España. Una fue en el año 1856, y presumiblemente lo tuvo que hacer para traer el reloj que disfrutamos todos los jerezanos en la Plaza del Arenal.

Murió dejando una importante fortuna valorada en 30.000 libras a sus familiares más allegados así como a sirvientes. Un genio en su oficio. Jerez tiene el privilegio de tener una de sus obras. Ahora está incrustada en los palcos ubicados en la tribuna de la Plaza del Arenal, para que ninguna cofradía llegue tarde.