UNIDOS. Algunos propietarios posan a la salida del juicio celebrado ayer. / C. C.
SAN FERNANDO

Aifos reconoce sus dificultades en el primer juicio por no entregar sus casas

Los afectados, que suman 20 denuncias judiciales, temen que la inmobiliaria se acoja a un concurso de acreedores y pierdan definitivamente sus pisos

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Ayer se celebró el primer juicio de las 20 demandas que los afectados de la promoción de viviendas Cala del Sol, situada en la Ronda del Estero, han abierto contra Aifos, empresa encargada de las fincas y que se vinculó a la famosa Operación Malaya (en Marbella), lo que paralizó prácticamente su actividad en todo el territorio nacional.

Un proceso con tensión debido a que la entrega de los pisos acumulan más de año y medio de retraso y a que la situación de algunos propietarios comienza a ser insostenible. Por ello, realizarán una manifestación masiva para finales de enero, coincidiendo con el segundo juicio por incumplimiento de contrato, en la misma plaza del Palacio de Justicia de San Fernando con la intención de acudir incluso a las sedes locales de Banesto y Unicaja, para intentar desbloquear la paralización indefinida de los trabajos.

Mientras tanto, y en el interrogatorio de ayer el representante de Aifos, Rafael Coba, reconoció que la empresa pasa por «momentos económicos complicados» y trasladó el problema a las entidades bancarias, especialmente a Unicaja, ya que «pide nuevas garantías que no estaban contempladas en un principio y por ello estamos negociando; se realizó, como pidieron, un nuevo concurso público para adjudicar los trabajos a otra constructora, pero si no dan el préstamo hipotecario no podemos avanzar». Según Rafael Coba, las viviendas deberían haberse entregado en abril de 2008. Sin embargo el letrado de la acusación, José Antonio Gamero, alegó que tal y como se recoge en Urbanismo, «el inicio de obras fue notificado en abril de 2005 y en el contrato se recoge un plazo de entrega de 24 meses».

Los afectados que se dieron cita en el proceso salieron bastantes satisfechos del mismo. En especial Benito González, el primero en reclamar a la empresa los 60.000 euros «pagados por una vivienda que no se termina».

Otro de los afectados, Javier Pintos, se alejó del optimismo, ya que «si la sentencia no es favorable a la empresa recurrirán y tratarán de retrasar el pago lo más posible; el miedo es que las dificultades económicas de la empresa se agraven y se convierta en insolvente, de manera que haya un concurso de acreedores y entonces esto no servirá para nada. Puede que nos quedemos sin piso y sin dinero».

Por su parte el presidente de Acasol, Ángel Román, hizo un llamamiento para que exista «un mayor apoyo y se haga presión». Francisco Bravo tiene la intención de quedarse con la vivienda, porque «mi niña es joven y necesita un lugar donde poder vivir, así que nuestra primera intención es presionar para que las obras continúen, claro que si no hay otra salida entonces pediremos el dinero, puesto que hemos pagado mucho para quedarnos sin nada y eso es algo difícil de soportar». Francisca Sánchez será la próxima en acudir a los juzgados tras denunciar a Aifos por incumplimiento de contrato ya que «en mi caso llevo pagado más de 60.000 euros y eso a una familia la destruye porque te derrumbas moralmente e incluso tengo problemas psicológicos; vivimos una situación angustiosa y sólo espero que el día del juicio llegue ya para tener un desahogo». Benito González ha sido el primero en enfrentarse a la empresa para reclamar un dinero «que me lleva por la calle de la amargura porque tengo 62 años, nadie me va a conceder un préstamo y los bancos llaman cada día a las nueve de la mañana». Aun así, se consuela: «Hay gente que está peor pues incluso sé de un malagueño que está viviendo en tienda de campaña».