Sippel y el maniquí con el que explica en el vídeo lo que no se debe hacer a las mujeres
Sippel y el maniquí con el que explica en el vídeo lo que no se debe hacer a las mujeres - YOUTUBE

Polémica en Austria por un vídeo que explica a los solicitantes de asilo cómo no acosar a las mujeres

El autor del vídeo, un político de la extrema derecha local, lo he retirado de la red tras el revuelo causado por sus sarcásticas instrucciones a los solicitantes de asilo

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El vídeo ha causado tal revuelo que su autor, Armin Sippel, ha tardado solamente 24 horas en retirarlo de Facebook. Sippel es un político local de Graz. Pertenece al partido de extrema derecha austríaca, o nacional populista, o como quiera deba denominarse al FPÖ, que ha querido lanzar un claro mensaje al colectivo que personalmente identifica como refugiados potenciales agresores sexuales, y aquí entramos de nuevo en un pantano terminológico que sin duda generará muchos comentarios. El caso es que ha querido que el mensaje sea tan clarito, tan clarito, que se ha servido de la ayuda de un maniquí para explicar con ejemplos visuales lo que los refugiados y solicitantes de asilo no deben hacer si no quieren ser devueltos de inmediato a su país.

«Estimado señor solicitante de asilo», se dirige al público con un nivel de cortesía poco habitual en las redes sociales. «Gracias a Dios en nuestra cultura las mujeres pueden vestirse de forma algo más liberal», informa, antes de pasar a un «conveniente» recuerdo de actitudes poco deseables, especialmente ahora que comienza la «temporada de verano».

Sippel procede entonces a poner ejemplos de cosas que «aquí no se hacen» como mirar «fijamente o provocativamente» a una mujer, de forma que la haga «sentir incómoda». Y «lo que en ningún caso se hace aquí», insiste, es acercarse demasiado en una discoteca para «tocarles el culo» o «agarrarles los pechos».

Terminada la demostración visual, Sippel pasa a informar que quien no se atenga a estas sencillas normas debe saber que «tenemos un partido», y ahí aparece en la imagen el logo del FPÖ, «que se va a ocupar de que los que se comporten así», y ahí aparece la imagen de un avión despegando, «vuelvan allí a donde pertenecen».

«No se toca a nuestras mujeres»

Antes de despedirse y a modo de conclusión, Sippel da paso a un último cartel que subraya la idea: «No se toca a nuestras mujeres».

Este chocante vídeo, lamentablemente, no responde solamente a los prejuicios de buena parte de la población rural austríaca contra los refugiados. Tanto en ciudades austríacas como alemanas los tocamientos inapropiados se han convertido en una amenaza real y cotidiana para las mujeres en el transporte público y en las fiestas callejeras. El pasado fin de semana, en un festival musical que celebrar en Darmstadt y al que asistieron unas 400.000 personas, las denuncias de agresiones sexuales de ese tipo ascendieron a 26.

Las víctimas sufren acoso por grupos de al menos 15 o 20 hombres extranjeros que las rodean y acallan sus gritos y protestas con un gran revuelo alrededor, de modo que nadie alrededor percibe al menos claramente lo que ocurre. Es el modus operandi de la Nochevieja de Colonia y, al igual que entonces, los agresores son raramente identificados, ya que la mayoría lleva documentación falsa y la tramitación masiva de solicitudes de asilo, unos dos millones en solo dos años, impiden a las autoridades establecer con precisión la identidad y procedencia de cada persona.

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