Las otras víctimas del Brexit

La primera consecuencia política de la victoria del «Leave» fue la dimisión del primer ministro del Reino Unido, David Cameron. A esta caída le han seguido otras, la más reciente la de quien se señalaba como su más probable sustituto, Boris Johnson

MADRID Actualizado: Guardar
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  1. David Cameron

    El primer ministro británico David Cameron fue quien abrió la puerta a la celebración de un referéndum -en 2013 prometió que lo convocaría si resultaba reelegido- para que los británicos decidieran si salir de la UE o permanecer en ella. Una vez reelegido en 2015, con mayoría absoluta, el premier cumplió su palabra y convocó la consulta, aunque siempre se mostró e hizo campaña por la permanencia. Sin embargo, las urnas no le dieron la razón y optaron por la ruptura con la UE. Cameron reconoció su fracaso horas después de conocerse los resultados oficiales, que provocaron la peor caída de la bolsa de la historia, y anunció su salida también del Gobierno, asegurando que no era «el capitán para ese barco». No era la persona adecuada para negociar la salida del Reino Unido de la UE.

    El premier pospuso su marcha hasta el congreso de su partido en octubre, que ahora parece haberse adelantado a los primeros días de septiembre para comenzar a negociar cuanto antes las condiciones de la salida, como le piden desde las instituciones europeas.

    Cameron se convirtió en la primera víctima política del Brexit, pero no ha sido la única.

  2. Jonathan Hill

    Dos días después de la victoria del «Leave», el Brexit se apuntaba su segunda víctima: el conservador británico Jonathan Hill, que anunciaba su dimisión como comisario europeo de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Mercado de Capitales de la Unión Europea.

    En un comunicado, Hill, que asumió el cargo en noviembre de 2014, precisó que trabajaría con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, en las próximas semanas para asegurar «un relevo ordenado».

    «Como muchas personas en el Reino Unido, lógicamente estoy muy decepcionado con el resultado del referéndum», afirmaba Hill, que confesaba que le hubiera gustado «que acabara de otra manera». Y justificaba su decisión, subrayando, que «al avanzar hacia una nueva fase, no creo que sea correcto que yo siga como comisario británico como si nada hubiera pasado». Pocos horas después, Hill fue sustituido por el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovski.

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  3. George Osborne

    Cinco días después de que el Brexit ganara en las urnas y se llevara por delante a Cameron y a Hill, George Osborne, ministro de Finanzas que defendió la permanencia en la UE y quien se perfilaba como su sucesor en las próximas elecciones, descartaba públicamente convertirse en el nuevo líder del partido conservador tras la dimisión del premier.

    «No forma parte de mi naturaleza andar 'a medias tintas' y luché por la campaña del referéndum con todo lo que tengo», se justificó en un artículo de opinión en «The Times». «Creía en esta causa y luché duro por ella. Así que está claro que si bien acepto completamente el resultado, no soy la persona adecuada para dar la unidad que mi partido necesita en este momento», señaló.

    De esta manera el Brexit truncaba la carrera política de Osborne hacia el 10 de Downing Street.

  4. Un cese y quince dimisiones en el Partido Laborista

    El partido conservador británico no ha sido el único damnificado por la victoria del Brexit. El Laborista ha vivido un auténtico terremoto provocado por la decisión de su líder, Jeremy Corbyn, de cesar a a su portavoz de Exteriores, Hilary Benn, por cuestionar de manera pública su mala gestión de la campaña por la permanencia. Unas declaraciones que el líder populista interpretó como un intento de golpe de estado interno.

    Su decisión de echar a Benn desembocó en una cascada de dimisiones, encabezadas por la portavoz de Salud, Heidi Alexander. Dimisiones que hasta ahora ascienden a un total de quince, si se contabilizan las tres últimas: la de la portavoz laborista para las Fuerzas Armadas, Toby Perkins; la «número dos» de Exteriores de la formación, Diana Johnson, y la responsable de sociedad civil, Anna Turley.

  5. Corbyn pierde la moción de confianza

    Jeremy Corbyn tampoco se ha ido de rositas. La cascada de dimisiones no es más que un claro síntoma de la crisis abierta en un partido que no respalda a su líder. Algo que ha quedado patente tras perder de manera abrumadora la moción de confianza presentada por tres diputados laboristas. Los resultados fueron meridianamente claros (172 frente a 40) sobre el escaso respaldo con el que cuenta, hoy por hoy, Corbyn para liderar desde la oposición la nueva etapa que se abre ahora en el Reino Unido.

    La votación era un termómetro de la situación interna que vive actualmente el Partido Laborista, abocado parece a unas primarias, pero el resultado no es vinculante. Este ha sido el clavo al que se ha aferrado el líder laborista para no marcharse, dejándole aún más en evidencia. El propio Cameron, que supo dar un paso al frente reconociendo su fracaso, le afeaba esta semana su conducta: «Por el amor de Dios, hombre, ¡váyase!», le espetó.

  6. Boris Johnson noqueado por Gove

    En los primeros momentos tras la renuncia de David Cameron, parecía que Boris Johnson era el gran ganador después de la victoria del Brexit. El exalcalde de Londres había apoyado vehemente la campaña del «Leave», lo que le colocaba en buena posición como aspirante a pilotar la negociación para salir de la UE. A esto se sumaba que no era un secreto, aunque nunca lo había oficializado, sus ambiciones por instalarse en el 10 de Downing Street.

    Muchos se echaron las manos a la cabeza, pues conocida es su fama de «enfant terrible» de la política británica y su controvertido pasado, pero nadie le había sacado aún de la lista de posibles sucesores, aunque algunos habían amenazado con hablar mucho, y no precisamente bien, del futuro candidato.

    Ha sido su aliado en la campaña por el Brexit, el ministro de Justicia Michael Gove, quien le ha sacado de la foto, comunicándole apenas cinco minutos antes de que se hiciera pública su intención de presentarse a la carrera por el liderato del partido, algo que siempre había descartado. La traición ha sido aún más amarga para Johnson cuando ha visto que su colega le desligitimaba públicamente como candidato.

    Ayer, en una comparecencia en la que se esperaba que Johnson confirmase sus aspiraciones, sus palabras apuntaron todo lo contrario: «Habiendo consultado con mis compañeros y vista la situación en el Parlamento, he concluido que yo no puedo ser la persona adecuada». Con estas palabras asumía que no se veía en condiciones de convertirse en el líder capaz de unir un partido dividido por el Brexit, que debe afrontar ahora la responsabilidad de negociar la salida del país de la UE.

    Esta, por el momento, es la víctima más reciente del Brexit, pero no está claro que sea la última... El tiempo dirá cómo sigue este drama shakesperiano, que no tiene nada que enviar a «Juego de Tronos» ni a «House of Cards».

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