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El día que Obama probó el mate

El presidente americano bromeó con un grupo de mil jóvenes con los que se reunió en Buenos Aires, a los que confesó que siempre quiso visitar la capital argentina

Buenos Aires Actualizado: Guardar
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«Hoy tomé mi primer mate». Con esta revelación, el presidente estadounidense, Barack Obama, se metió en el bolsillo a los cientos de jóvenes argentinos que le escucharon, fascinados, como un verdadero «showman» en su viaje oficial al país.

Distendido, sin saco y en mangas de camisa, de pie y desplazándose sobre el escenario, Obama dedicó una hora y media a «charlar» con unos mil jóvenes -estudiantes, empresarios, líderes comunitarios e investigadores- congregados en la Usina del Arte, un auditorio de la zona sur de Buenos Aires.

Ovacionado como una estrella, Obama confesó que deseaba viajar a Buenos Aires desde que era joven, cuando, a través de la lectura de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, dos de los máximos referentes de las letras argentinas, quedó «fascinado» con esta ciudad.

«Pero también leía que aquí la gente toma mate. Y hoy tomé mi primer mate y me gustó. Mi equipo pensó que yo tenía pensamientos muy claros en la rueda de prensa. Y creo que fue debido al mate», bromeó Obama, sobre su primera experiencia con la tradicional infusión rioplatense, conocida por sus propiedades estimulantes.

Contó que también deseaba que sus hijas, Sasha y Malia, conocieran Buenos Aires, pero, bromeó, las adolescentes quieren ahora salir por Palermo, un distrito de moda entre los jóvenes porteños, un deseo que no podrán cumplir por lo que «tendrán que volver cuando sean más grandes».

Aún siendo el líder de la primera potencia mundial, Obama dijo que tampoco podrá cumplir otros de los sueños de sus hijas: conocer al astro futbolístico argentino Lionel Messi. En una dinámica de preguntas y respuestas, el mandatario estadounidense se mostró interesado en conocer algunas de las experiencias personales de sus interlocutores, a quienes brindó mensajes de aliento e inspiración.

Solo no contestó una pregunta: la de un joven que le preguntó, en español, por qué el precandidato presidencial republicano Donald Trump estaba cosechando adhesiones en su país y si creía que este tiene posibilidades de acceder a la Casa Blanca. «No contesto preguntas que no he escuchado», dijo Obama, excusándose, con elegancia, en que la pregunta no había llegado a ser traducida por los intérpretes en simultáneo.

«Usted es mi héroe», le soltó una profesora universitaria, la única de las interlocutoras que no quiso preguntarle nada sino confesarle su admiración, antes de advertirle que estaba al borde de un ataque cardíaco.

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