Un muerto y 200 detenidos en Túnez en la ola de protestas contra las medidas de austeridad

Los tunecinos protestan contra el encarecimiento de los precios y el restrictivo presupuesto aprobado para 2018, que incluye una reforma fiscal para reducir el déficit por exigencia de los acreedores internacionales

La policía tunecina rastrea a los manifestantes en el distrito de Djebel Lahmer en Túnez a primeras horas del 10 de enero de 2018 después de que las subidas de precios encendieran las protestas en el país magrebí AFP
F.J. Calero

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Las medidas de austeridad implantadas en Túnez por el gobierno de unidad nacional de Yousef Chahed , obligado por los acreedores internacionales, han llevado a cientos de tunecinos a protestar contra la asfixia económica que viven tras la revolución DE 2011. Siete años después de la inmolación del frutero Mohamed Bouazizi en la ciudad Sidi Bouzid que desató las revueltas en el mundo árabe, otras protestas sacuden el único fruto democrático de la llamada primavera árabe. La muerte de un joven de unos 30 años el pasado lunes en medio de las protestas contra la subida de impuestos programada por el Ejecutivo ha reavivado los enfrentamientos entre manifestantes y policías, precisamente en un momento en que Túnez se engalana para celebrar su día grande, el 14 de enero, cuando el dictador Ben Ali claudicó por la presión de las calles.

Más d e 200 personas han sido arrestadas y decenas han resultado heridas en varias ciudades a lo largo del país, han indicado desde el ministerio del Interior después de la segunda noche de protestas contra la subida del desempleo, el encarecimiento de los precios y el restrictivo presupuesto aprobado para 2018, que incluye una reforma fiscal para reducir el déficit. En Estado de emergencia desde noviembre de 2015, cuando varios terroristas atacaron en nombre del autodenominado Estado Islámico un autobús donde viajaba la guardia presidencial, Túnez vive sumido desde la llegada de la democracia en un constante clima de tensión e inestabilidad por la acuciante crisis económica y de escaso poder adquisitivo que afecta especialmente a la débil clase media del país magrebí.

«Lo que ocurrió anoche no puede ser considerado como protesta, sino como actos de vandalismo», ha afirmado el primer ministro Chahed citado por el diario tunecino «La Presse», donde insiste en que el único recurso contra «los infractores y ladrones de la propiedad pública y privada es la la aplicación de la ley». Interior, que mantiene desplegados a la policía y ejército en varias ciudades tunecinas, niega que la primera muerte por las protestas en Teburba, a 20 kilómetros de la capital, haya sido obra de la policía, descartando cualquier marca de violencia en la víctima.

Las protestas se extendieron hasta Kasserine (en el centro del país), Gafsa (sur) y Sidi Bouzid , donde comenzó la revolución en diciembre de 2010. «En Tebourba, 12 policías resultaron heridos y 14 vehículos de la policía fueron saqueados. En Kalaat Landalos, 8 personas fueron arrestadas después de intentar atacar una estación de policía. En Borj Louzir, 12 personas fueron arrestadas», informó el portavoz del ministerio del Interior Khelifa Chibani en radio Mosaique FM.

Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad se reanudaron desde el final de la tarde de ayer extendiéndose durante la madrugada, lo que llevó a las autoridades a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, así como al despliegue de unidades del Ejército para proteger las instituciones públicas en algunos lugares, según varias fuentes citadas por el portal «Huffington Post Magreb». Una escuela judía de la localidad de Yerba, en el sur de Túnez, fue atacada anoche con cócteles molotovha sido atacada con cócteles molotov durante una de las manifestaciones contra el Gobierno, ha informado Efe.

Las obligaciones internacionales del Gobierno aprietan el bolsillo del ciudadano tunecino: en 2016, el PIB per cápita bajó hasta los 3.332 euros, 200 euros menos que dos años antes. La deuda pública subirá hasta el 22% en 2018, según predicciones del Observatorio Tunecino de Economía, y las exigencias de reembolso se han disparado desde que el 31 de diciembre terminara el «periodo de perdón» de los acreedores.

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