Macron lanza una «operación reconquista» amenazado por la impopularidad

El presidente de la República ha decidido intervenir, personalmente, para salir al paso del «clima de incertidumbre» provocado por las huelgas

El presidente galo, Emmanuel Macron (izq), conversa con el periodista francés Jean-Pîerre Pernaut (dcha), tras la entrevista mantenida en un aula de un colegio en Berd'huis EFE
Juan Pedro Quiñonero

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El primer anuncio de la « operación reconquista » de Emmanuel Macron ha sido un mensaje de firmeza contra la huelga nacional de los ferroviarios: «La reforma del sistema nacional de ferrocarriles se realizará, como estaba previsto, es una reforma imprescindible para Francia».

El presidente de la República ha decidido intervenir, personalmente, para salir al paso del « clima de incertidumbre » provocado por las huelgas de estudiantes, pensionistas y ferroviarios, iniciando una «operación reconquista» dirigida a las «clases populares», la Francia «periférica» y «rural», víctimas tradicionales del «centralismo parisino».

Se trata de una operación en dos tiempos: una entrevista en el telediario de última hora de la mañana del jueves, en TF1, primera cadena nacional, privada; y una entrevista el fin de semana , en BFM y Mediapart.

El telediario del mediodía de TF1 es la emisión más escuchada de Francia y quizá de Europa, con una audiencia media de 5 a 6 millones de telespectadores, muy « Francia periférica y profunda ». Dejándose entrevistar, durante una hora, este jueves, en ese telediario, Macron ha dirigido varios mensajes estratégicos.

Contra la huelga de ferroviarios, que debe prolongarse hasta finales de junio, un mensaje de firmeza: «La reforma del sistema nacional de ferrocarriles se realizará, como estaba previsto. Es una reforma imprescindible para Francia». Y un mensaje de «esperanza»: «El Estado hará grandes inversiones para renovar nuestra red ferroviaria, abriéndola a la competencia europea».

Dirigiéndose a las « categorías populares y rurales », Macron ha intentando reanudar con esos sectores sociales, inquietos, sugiriendo un nuevo diálogo de fondo: «El Estado no se olvida de nadie. Todas las reformas en curso tienen por objeto relanzar la esperanza y el crecimiento».

La segunda fase de la « operación reconquista » se pondrá en escena el domingo, cuando Macron será entrevistado por dos periodistas tradicionalmente «duros»: Jean-Jacques Bourdin, el entrevistador más «peligroso» de Francia, en la cadena BFM, y Edwy Plenel, fundador de Mediapart un medio online de izquierda bastante radical, muy crítico con las reformas de Macron.

Tras dirigirse a la Francia rural y periférica en un medio popular, el presidente se dirigirá a las élites políticas a través de dos medios e interlocutores de temible independencia.

A los once meses de su instalación en el Elíseo, como presidente de la República, Macron es víctima de una cierta erosión de su popularidad: un 53 % de los franceses dicen tener mala o muy mala opinión del jefe del Estado, cuya cota se confianza es del 43 %.

Dirigiéndose personalmente a la opinión pública, Macron asume el riesgo de cierta impopularidad emergente, aspirando a una « reconquista » todavía incierta.

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