La Reina Isabel II de Inglaterra
La Reina Isabel II de Inglaterra - AFP 

Las llamadas más tontas a la Policía de Londres

La Met hace público su ránking después de que un hombre telefonease para denunciar que la Reina viaja sin cinturón en su coche oficial

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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El teléfono británico para llamadas de emergencia a la policía es el 999. La semana pasada, Isabel II inauguró el curso parlamentario, la ceremonia del llamado «Discurso de la Reina». Este año el protocolo se aligeró un poco. En lugar de acudir en carroza, como es habitual, se trasladó desde Buckingham al cercano Parlamento en coche, imagen que emitieron todas las televisiones. Isabel II, de 91 años, viajaba en el asiento trasero de su enorme berlina Bentley, con su hijo Carlos a su lado. En la lejana Policía de West Yorkshire se recibió de inmediato una llamada en el 999. Un ciudadano quería denunciar que la Reina no llevaba puesto el preceptivo cinturón de seguridad.

«No nos cansamos de repetir que el 999 es solo para emergencias», lamenta la policía de West Yorkshire.

Por su parte, la web de Palacio recordó que «la Reina se cuida de asegurar que todas sus actividades se llevan a cabo con la más estricta observancia de la ley». De cualquier manera, Isabel II se libraría de la multa, porque goza de inmunidad ante pleitos civiles y penales.

La anécdota ha servido para recordar un problema creciente en Inglaterra: el mal uso por parte del público del teléfono de urgencias. En un país donde el sentido del humor constituye una forma casi obligada de suavizar la vida, la Policía Metropolitana de Londres, la Met, ha publicado un ránking de las diez mayores estupideces que han escuchado en su número de urgencias en lo que va de año. A su juicio, merece el puesto de honor una mujer que llamó para quejarse de que un payaso callejero le había cobrado cinco libras por un globo, «mucho más caro de lo que cobran otros payasos». El puesto dos es para otra señora, que denunció que en un bar le vendieron un kebab que estaba ya frío y no se lo cambiaron por otro caliente. El puesto tres es de película de los hermanos Marx: un hombre llamó al 999 comentando que le dijeron que tenía que llamar al 111, pero él no sabía cuál era ese número. En cuarto lugar, un jeta que un sábado a las cuatro de la mañana llamó a emergencias policiales con esta pregunta: «Oiga, ¿dónde puedo comprar ahora un buen sanwich de bacon?».

El resto de la lista tampoco defrauda. Una mujer llamó al 999 porque en la lavandería de su barrio una moneda equivocada de 50 céntimos atascaba la ranura de la lavadora. Otra pidió a emergencias de la policía que la llevasen a Heathrow, porque el despertador le había fallado e iba a perder su vuelo. Son además muy comunes las llamadas a la policía de conductores angustiados porque se les ha encendido el chivato de la reserva de combustible del coche.

Pero tal vez la mejor llamada sea la que cierra el escalafón. Una londinense agobiada porque había dos hombres en la puerta de su casa que se la querían llevar. Tenía toda la razón: eran dos policías que iban a detenerla.

«Esto es solo un ejemplo de las muchas llamadas inapropiadas que recibimos. Es un problema, porque el tiempo que perdemos con ellas puede impedirnos atender emergencias reales», advierte la Met.

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