Europa prepara un posible revés en el referéndum de Italia

El BCE podría intervenir si gana el «no» para evitar la especulación

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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Crece la tensión en Italia al haberse iniciado la cuenta atrás para el referéndum del próximo domingo, tras una agotadora campaña de meses para decidir sobre una reforma constitucional en la que Gobierno y Parlamento han trabajado durante más de dos años. Europa observa con gran interés y preocupación, porque el resultado del referéndum tendrá consecuencias inmediatas en la política italiana y seguramente también en la economía europea. De ahí que se acentúen en los últimos días la expectación en los mercados y en las cancillerías europeas. El poder financiero y político de Europa apoya claramente a Matteo Renzi, porque desea que no caiga en la inestabilidad la tercera economía europea. Se explica así que ayer mismo, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, un halcón que ha demostrado muy pocas simpatías por el primer ministro italiano, le mostrara un claro apoyo con esta significativa declaración: «Renzi hace una reforma constitucional, o intenta hacerla, y debo decir que tengo un gran respeto por esto», dijo Schäuble, añadiendo: «Espero que tenga éxito.

Si pudiera votar en Italia, votaría por él, aunque no forma parte de mi familia política. Ha emprendido diversas reformas y transmite más confianza que otros para poder hacer pasos hacia delante, de los que Italia tiene urgente necesidad. Por esto le deseo todo el éxito», concluyó el ministro alemán.

Apoyos a Renzi

Al igual que «vota» el mundo político europeo, lo hace también el de las finanzas. El diario «Financial Times» dio la voz de alarma el domingo destacando que ocho bancos italianos corren peligro de ir a la quiebra si gana el «no». Hay que tener en cuenta que el sistema bancario italiano acumula unos 360.000 millones de créditos, en buena parte de muy difícil cobro. Algunos bancos, en especial Monte dei Paschi di Siena, el tercero del país, tienen pendientes ampliaciones de capital, que se verían en peligro si se crea inestabilidad en Italia. Es un hecho que la inversión está paralizada en este país, hasta conocer el resultado del referéndum. En consecuencia, el nerviosismo se ha trasladado a los mercados y predomina la «incertidumbre», palabra que ha utilizado el propio Renzi. Para evitar la especulación, se apunta que podría haber una intervención del Banco Central Europeo (BCE), que preside el italiano Mario Draghi. La agencia Reuters destaca, citando fuentes del BCE, que si gana el «no» y sube la prima de riesgo habría una intervención temporal del BCE comprando títulos italianos. La previsión de este «escudo protector» fue celebrada ayer con subidas en los mercados, en especial en la Bolsa de Milán.

En realidad, lo que predomina es cierta confusión y caos, porque el referéndum se ha convertido en un plebiscito sobre Matteo Renzi. El primer ministro aparece solo contra todos. En el frente del «no» hay un «tutum revolutum» que incluye, por ejemplo, a Silvio Berlusconi, líderes de la izquierda, Mario Monti y el cómico Grillo.

A Renzi le dirigen insultos nunca vistos en la política italiana, sobre todo por parte de Grillo, quien lo llamó «cerda herida». En los numerosos debates que se están produciendo, casi se discute de todo menos de la reforma constitucional, con el resultado de que gana quien más grita y miente a más velocidad, como es el caso de los populistas, entre los que destacan Grillo y el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. Incluso en algunos medios prestigiosos se están produciendo flagrantes contradicciones, como la del semanario británico «The Economist» que ha defendido el sí y el no en números distintos.

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