François Fillon
François Fillon - AFP

Los sondeos dan a Fillon como favorito para ganar la Presidencia de Francia

Dobla en intención de voto a Marine Le Pen para una hipotética segunda vuelta

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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La elección de François Fillon como candidato conservador a la Presidencia de la República ha iniciado un proceso de reestructuración profunda del paisaje político nacional. Apoyado por el 66,5 % de los 4,38 millones de votantes en la segunda vuelta de las primeras elecciones primarias del centro y la derecha en Francia, François Fillon ha recibido un espaldarazo social excepcional: la sociedad profunda ha votado masivamente su proyecto de «revolución conservadora», liberal en lo económico, derechista en lo social y cultural.

Fillon comenzó la unión de la derecha moderada la misma noche de su elección como candidato. Horas más tarde, los primeros sondeos confirmaban la ola nacional de fondo. Durante los últimos dos años, Marine Le Pen se ha cotizado, siempre, como previsible ganadora de la primera vuelta de las próximas presidenciales, con un 30-32% de la intención de voto. Los mismos sondeos anunciaban una derrota muy ajustada en la segunda y decisiva vuelta.

Elegido Fillon como candidato conservador, Marine Le Pen retrocede automáticamente. Según el primer sondeo realizado tras la victoria de Fillon, el candidato conservador podría ganar muy holgadamente la primera y la segunda vuelta de la próxima elección presidencial.

Según dos sondeos de Harris Interactive y Odoxa, Fillon tiene hoy un 26% de intenciones de voto en la primera vuelta, relegando a Marine Le Pen a un segundo puesto, con un 24% de la intención de voto del electorado francés. Ese voto masivo favor de las derechas, extrema (Le Pen) o tradicional (Fillon), barre literalmente a todos los candidatos de izquierdas: Emmanuel Macron (izquierda reformista) tiene en torno a un 14% de intención de voto, seguido de Jean-Luc Mélenchon (PCF y extrema izquierda) con un 13%. El presidente Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, los mejores candidatos socialistas, quedan relegados a un humillante 9% de intención de voto: el peor resultado potencial de la historia de los candidatos socialistas a la elección presidencial.

Eliminados todos los posibles candidatos de izquierdas en la primera vuelta, Fillon podría derrotar a Marine Le Pen, en la segunda vuelta, a primeros de mayo, consiguiendo un 67% de los votos finales, contra un «modesto» 33 % para la candidata de la extrema derecha.

Tendencia que se mantiene

Sin duda, esas previsiones pueden oscilar en muchos sentidos durante los próximos cinco meses de campaña. Pero las grandes corrientes de opinión se perciben estables desde hace varios años: el PS ha perdido una tras otra todas las elecciones locales, municipales, regionales y europeas que se han sucedido desde la elección de François Hollande, el mes de mayo de 2012; el Frente Nacional (FN, extrema derecha), por su parte, no ha dejado de ganar terreno en las mismas elecciones, convirtiéndose en el partido más votado en toda Francia en las regionales del mes de diciembre 2015, cuando las derechas consiguieron el 40,24% de los votos nacionales, las izquierdas el 28,86% y el FN un 27,10%. Ese voto, pudiera prefigurar el nuevo paisaje nacional de Francia, dentro de unos meses.

La derecha de François Fillon puede conquistar la Presidencia de la República francesa, y, semanas más tarde, conseguir otra gran victoria, en las inmediatas elecciones generales.

La extrema derecha de Marine Le Pen tiene pocas probabilidades prácticas de ganar la próxima elección presidencial. Pero esa derrota pudiera preludiar una nueva victoria de inmenso calado: entrando en la futura Asamblea Nacional con un grupo parlamentario propio y más diputados que la izquierda socialista.

François Fillon eliminará a Marine Le Pen, cortando en seco la ilusión de sus ambiciones presidenciales. Pero no podrá evitar que la extrema derecha siga creciendo y termine consiguiendo un grupo parlamentario propio y relativamente grande. Pudiera ser un aldabonazo de inmenso calado, no solo simbólico.

A juicio de Fillon, su proyecto de «revolución conservadora» es la mejor defensa contra la decadencia acelerada por Hollande y su Gobierno socialista y contra el aventurerismo populista de la extrema derecha. El modelo francés permite gobernar al presidente electo, cuando tiene una mayoría parlamentaria sólida. Fillon espera revalidar su triunfo personal con una segunda victoria conservadora, en las elecciones generales –legislativas– que seguirán a su posible triunfo. La previsible entrada de la extrema derecha en la nueva Asamblea Nacional será un factor inédito en la historia política de Francia.

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