Donald Trump y Ted Cruz durante el debate republicano de este jueves
Donald Trump y Ted Cruz durante el debate republicano de este jueves - AFP

Empate Trump-Cruz en el duelo de favoritos para las primarias

Un Rubio más agresivo y con mensajes más conservadores busca acercarse al dúo de cabeza

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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A sólo dos semanas para el arranque del proceso de primarias, para que Iowa empiece a marcar el rumbo de la carrera de 2016, el sexto debate republicano ofreció enfrentamientos diversos. Por un lado, luchas cruzadas entre representantes de discursos populistas y sus alternativas moderadas. Pero también entre los dos considerados antiestablishment, que pugnan por llegar en cabeza al arranque del proceso de primarias. Donald Trump y Ted Cruz registraron un empate en su cuerpo a cuerpo, de forma similar a lo que ocurrió con Marco Rubio y Chris Christie. Este último, gobernador de Nueva Jersey, intenta sumarse en el último momento al duelo por ser alternativa moderada, para lo que intenta desplazar al senador de origen cubano.

North Charleston, en Carolina del Sur, fue escenario del debate principal más reducido de los celebrados. En el debate previo, se habían medido Carly Fiorina, Micke Huckabee y Rick Santorum, mientras que el otro rival, Rand Paul, excusó su presencia. Los siete aspirantes principales, situados en cabeza por la cadena de televisión organizadora, Fox News, según su peso en las encuestas, ofrecieron una pugna propia del escaso tiempo que resta para que las bases republicanas empiecen a votar. Duras y continuas críticas al presidente Obama y a la aspirante Hillary Clinton, mensajes coincidentes apelando a la reducción de impuestos y de gasto público y búsqueda de frases efectistas de falta de respuesta contra los yihadistas de Daesh.

El primer cara a cara que rompió la serie de discursos personales en busca del aplauso fue el que cruzó en el camino a Trump y Ted Cruz. En una hábil intervención, Cruz logró quitarse de encima la pesada losa que el magnate le colocó hace dos semanas cuando puso en duda su propia legitimidad para ser presidente de Estados Unidos, al ser nacido en Canadá. El millonario intentaba frenar al ascenso en las encuestas de Iowa del senador por Texas, también de origen hispano, aludiendo a los requerimientos legales de que el presidente sea «ciudadano natural de nacimiento». El hecho de que la madre de Cruz sea natural de Estados Unidos parece zanjar su problema para la mayoría de los expertos. Cuando Cruz apeló a que la madre de Trump «es nacida en Escocia, y por la misma razón también tendría problemas», el millonario dejó entrever uno de los momentos de mayor debilidad de los seis debates celebrados. Nervioso y cariacontecido, con la mayoría de la audiencia en contra, pareció haber perdido el asalto. Bien es cierto que algunos minutos después, en un nuevo rifirrafe entre ambos, a cuento de que Cruz había achacado a Trump «valores propios de Nueva York, basados en el dinero», el magnate aprovechó para lanzar una defensa de Nueva York y un homenaje a los muertos en el ataque a las Torres Gemelas. Empataba así Trump la disputa.

Marco Rubio, que volvió a demostrar sus cualidades para el debate, consciente de la necesidad de acercarse al dúo de favoritos en las encuestas, endureció su discurso mirando hacia el electorado republicano, y particularmente de Iowa. Y lo hizo con las frases más acentuadamente conservadoras que ha lanzado hasta el momento, como una sobre su rechazo frontal al control de las armas, y una andanada en toda regla a Hillary Clinton: «No está capacitada para ser presidenta de Estados Unidos, porque no está capacitada para manejar sus correos electrónicos», en referencia al escándalo de los e-mails durante su etapa de secretaria de Estado que investiga el FBI. En su particular duelo con Chris Christie, quien pelea con Rubio por el segundo puesto en New Hampshire, por detrás de Trump, su baza para prolongar después la carrera, el senador hispano le acusó de cercanía a Obama y de apoyar su polémico Plan Parenthood (de planificación familiar), algo que Christie negó.

El exgobernador de Florida, Jeb Bush, y el gobernador de Ohio, John Kasich, volvieron a dejar discursos razonables y bien construidos, pero idéntica incapacidad para conectar con un electorado que por ahora les sitúa muy lejos en los sondeos.

El del neurocirujano retirado Ben Carson es un caso aparte. Sigue cuarto en la carrera nacional, por detrás de Marco Rubio, pero sigue dando la sensación de estar fuera de la pugna. Despistado, con poca pegada y escaso conocimiento de los asuntos internacionales, para muchos expertos sigue siendo un misterio que aún esté relativamente bien situado.

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