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Imagen del detenido difundida por las autoridades turcas

El detenido por la matanza de Nochevieja en Estambul confiesa el crimen

El Gobernador de la ciudad asegura que recibió entrenamiento en Afganistán y anuncia la incautación de 197.000 dólares, dos armas y dos drones

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Tras más de dos semanas a la fuga, la amplia operación desplegada por la policía turca para dar con el paradero del hombre más buscado del país ha dado sus frutos. El Gobernador de Estambul, Vasip Sahin, ha confirmado que el hombre detenido a última hora de la noche del lunes ha confesado la autoría de la matanza de Nochevieja en el club Reina, donde 39 personas fueron asesinadas y otras 69 resultaron heridas. Sus huellas dactilares coinciden con las recogidas por la policía en la discoteca.

El Gobernador ha asegurado que se trata de Abdulkadir Masharipov, nacido en 1983 en Uzbekistán. De esta manera se acaba con la especulación de los últimos días sobre el origen del atacante.

Según Sahin se trata de un militante experimentado, con entrenamiento en Afganistán, aunque no ha ofrecido fechas concretas, y que habla cuatro idiomas. Las autoridades creen que entró a Turquía en enero del año pasado a través de una provincia del este. «Está claro que organizó el ataque en nombre de Daesh», ha añadido.

Además del uzbeco, cuyo nombre en clave es Abu Muhammed Khorasani, también fueron arrestados «un hombre de origen iraquí y tres mujeres de origen egipcio y africano», según las palabras del propio Gobernador. También ha aclarado que el hijo de cuatro años del atacante no se encontraba en el piso, al contrario de lo que se había informado en un primer momento.

Las fuerzas de seguridad habían formado un equipo especial de unos 2.000 agentes para dar con el asesino. Al final el hombre se encontraba alojado en un piso del distrito de Esenyurt, a las afueras de Estambul, a apenas una hora de distancia en coche del lugar del atentado. Después de detener a Masharipov, los agentes registraron intensamente la vivienda. Allí encontraron 197.000 dólares, dos armas y dos drones.

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Fuentes cercanas a la policía consultadas por este periódico apuntan a que se trata de una cantidad mucho más elevada de la incautada en otros registros de terroristas yihadistas. No se descarta que planteara cometer otros atentados.

A diferencia de las ataques previos de Daesh en Turquía, el atacante no portaba explosivos para suicidarse ni durante el ataque ni durante el asalto policial. Los expertos destacan la posibilidad de poder obtener información sobre el aparato logístico de Daesh al haber capturado vivo a Masharipov.

Dos casos pendientes

Después de conseguir detener al supuesto asesino de Nochevieja, la policía turca, que no ha estado exenta de críticas por permitir que escapara del club Reina, todavía tiene abiertos otros dos casos claves para la seguridad del país. Uno es aclarar cómo y por qué Mevlut Mert Altintas, uno de sus agentes, pudo matar al embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov.

Las autoridades culpan a la red de seguidores de Fethullah Gülen, ya acusado de estar detrás del golpe de Estado. A pesar de que ya no le quedaban balas, Altintas, que gritó consignas yihadistas y en contra de los bombardeos de Rusia en Alepo, fue abatido por los agentes que irrumpieron en el centro de exposiciones donde se cometió el asesinato. De la investigación conjunta de expertos rusos y turcos todavía no ha trascendido detalles.

El otro caso es el de Adil Oksüz, antiguo profesor de Teología en la Universidad Sakarya y uno de los hombres más buscados en Turquía, pues está considerado como uno de los líderes civiles del fallido golpe de Estado del pasado mes de julio. Oksüz fue detenido en el centro de mando instalado por los sublevados en la base aérea de Akinci, pero un juez lo puso en libertad poco después. Cuando las autoridades destaparon su supuesta responsabilidad en el levantamiento militar, ya se se había dado a la fuga. Desde entonces, hace ya más de seis meses, se encuentra en paradero desconocido.

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