Rebeldes ante instalaciones petrolíferas de Ras Lanuf en 2011, asaltadas estos días por Daesh
Rebeldes ante instalaciones petrolíferas de Ras Lanuf en 2011, asaltadas estos días por Daesh - LUIS DE VEGA

El Daesh avanza en Libia con una ola de ataques contra instalaciones petrolíferas

El desgobierno en el país magrebí ha facilitado la expansión del grupo terrorista

El Cairo Actualizado: Guardar
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Los yihadistas de Daesh (el autoproclamado Estado Islámico) en Libia han intensificado esta semana sus ataques contra plantas y objetivos petrolíferos en el país. Tres de los principales puertos libios y al menos otros dos complejos más pequeños han sido asaltados por los yihadistas con el objetivo de destruir las instalaciones petroleras y de gas. Ayer mismo se denunciaron ataques contra una explotación petrolífera entre las ciudades de Ghat y Ubari (suroeste), mientras que el portavoz de la Guardia de Instalaciones Petroleras ha confirmado a televisiones locales que tres botes cargados de milicianos del Daesh han intentado asaltar el puerto petrolero de Zueitina, aunque ha podido ser repelido. La semana pasada el Estado Islámico asaltó el complejo de Ras Lanuf (entre Zueitina y Sirtre), en un ataque que se prolongó durante tres días.

La Corporación Nacional de Petróleo libia (NOC) ha anunciado que están vaciando de petróleo el complejo de Ras Lanuf, por miedo a nuevos ataques.

Las fotografías distribuidas tanto por la NASA como por el propio Daesh muestran enormes columnas de humo negro en la estación petrolífera de Es Sidra tras ser atacada también la semana pasada, a duras penas controlados por los escasos servicios de emergencia de la planta, cuyos guardias todavía hacen frente a la amenaza de repetidos ataques de los milicianos leales al Daesh. Al menos 4 buques de carga, con 19 tanques con capacidad de hasta 6,2 millones de barriles han sido destruidos, según informó CCN Arabic.

Aunque el control de las instalaciones petrolíferas ha sido objetivo de numerosos grupos terroristas en Oriente Medio y Norte de África, la estrategia del Daesh en Libia parece seguir más un afán destructor que de tomar posiciones para luego explotar económicamente ese «oro negro», como ha sucedido en la zona de Irak y Siria. La destrucción indiscriminada, especialmente tras la ola de ataques de esta última semana, acrecienta los temores de que Libia pierda su principal fuente de ingresos en medio de las negociaciones para establecer un Gobierno de unidad en el país. La pérdida de su principal fuente de ingresos desestabilizará al Gobierno resultante de los esfuerzos de mediación de la ONU y dificultará la salida hacia adelante del Estado libio.

El portavoz del Estado Islámico en Libia, Al Qathani, retrató en la revista propagandística del grupo, «Dabiq», la intención del Daesh inutilizar la industria petrolera libia y generar un colapso económico no sólo en Libia, sino también en Europa: «(...) es importante darse cuenta de que los infieles occidentales se preocupan por los recursos libios debido a su alianza con Libia desde hace años, especialmente por el petróleo y el gas. El control del Estado Islámico de esta región llevará al desmoronamiento económico, especialmente para Italia y el resto de estados europeos».

«El futuro de vuestros hijos»

Infligir daños severos en las instalaciones petroleras puede ser también una táctica para hacerlas «menos valiosas» a los ojos de las empresas dueñas de los puertos y pozos, haciéndolas así «demasiado peligrosas» dado el costo monetario o en vidas humanas que conllevaría protegerlas, según opinan varios analistas recogidos por The Wall Street Journal.

En un comunicado tras el ataque contra Es Sidra, la NOC ha pedido ayuda a «todos los libios de buena fe» ante los repetidos ataques del Daesh: «La Corporación Nacional de Petróleo urge a todos los libios de buena fe que se den prisa para rescatar lo que queda de las prestaciones antes de que sea demasiado tarde. Vuestro país os está llamando, antes de que el futuro y el futuro de vuestros hijos sea destruido».

En medio del caos en el que se ha sumido Libia tras la caída del régimen de Gadafi, entre las luchas de clanes y la pugna de las diferentes facciones por ostentar el poder, grupos yihadistas afines al Daesh han avanzado militarmente desde el desierto y las montañas del sur hasta controlar más de 300 kilómetros de territorio costero, rico en equipamientos petroleros. Según los últimos reportes, los yihadistas controlan desde hace meses la ciudad de Sirte, una de las principales del país.

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