Corea del Norte y EE.UU: una guerra improbable

Los analistas coinciden en que la escalada dialéctica difícilmente acabará desembocando en actos de guerra

Kim Jong Un se reunió con altos cargos del ejército para preparar el ataque contra Guam. | Vídeo: Australia se suma al conflicto y amenaza a Corea del Norte si ataca la isla de Guam EFE
Bernardo Álvarez-Villar

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Contraviniendo la tradicional mesura y diplomacia con la que los presidentes de EE.UU han hecho frente al delicadísimo problema de Corea del Norte, Donald Trump se ha enzarzado en un duelo verbal con el régimen norcoreano que ha mantiene en alerta a toda la comunidad internacional. Su advertencia de que desencadenará «un mar de furia y fuego jamás visto» ha exaltado al líder norcoreano, ya de por sí bastante volátil.

¿Por qué una escalada de tensión ahora?

El pasado 4 de julio , día de la Independencia americana, Kim Jong Un anunció un «regalo para los bastardos estadounidenses» . El ejército norcoreano probó con éxito un misil intercontinental capaz de alcanzar territorio americano. Aunque en Washington aún no están del todo seguros de que los norcoreanos tengan la capacidad tecnológica para acoplarle una cabeza nuclear al proyectil, saben que es cuestión de tiempo y su nerviosismo ha ido en aumento.

Desde entonces se han sucedido las provocaciones y las advertencias de un bando a otro. La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobaba por unanimidad (es decir, con el apoyo de China, que hasta ahora prefería abstenerse de castigar a Pyongyang) unas durísimas sanciones a las exportaciones norcoreanas que van a lastrar de un modo significativo la economía del país comunista. Al día siguiente, el gobierno norcoreano confirmó su negativa a doblegarse y aseguró que que «bajo ninguna circunstancia pondremos nuestras armas atómicas y misiles balísticos sobre la mesa de negociaciones».

Como broche final, Kim Jong Un hizo pública su intención de lanzar un ataque contra la isla de Guam , donde EE.UU mantiene un contingente de más de 3000 soldados. El líder norcoreano no se limitó solamente a anunciar sus pretensiones, sino que presentó un exhaustivo plan militar en el que se detallaban todos los pormenores del hipotético ataque.

¿Es real la posibilidad de una guerra?

Aunque el equilibrio de tensión ha alcanzado un punto no visto nunca antes, muchos expertos dudan de que efectivamente vaya a desencadenarse un conflicto militar que no beneficiaría a ninguna de las partes. Para Corea del Norte una guerra contra EE.UU equivaldría a firmar su desaparición como país; para EE.UU supondría un gravísimo deterioro de las relaciones con sus aliados en Asia, fundamentalmente Japón y Corea del Sur, que serían quienes pagarían muy caro en vidas humanas el inicio de una contienda. Roger Cavazos, un experto en estrategia militar, publicó en 2012 un informe en el que estimaba que, el primer día de guerra, unas 64.000 personas morirían solo en Seúl (Corea del Norte tiene dispuesta una batería de 15.000 cañones apuntando hacia la capital surcoreana que tardarían 45 segundos en alcanzar su objetivo).

Todo parece indicar que lo que se ha visto estos días no son más que bravatas que quedarán en nada. Andrei Lankov, profesor en la Universidad de Kookmin, en Seul, y director de NK News, declaró al diario británico «The Guardian» que «hay una probabilidad muy pequeña de que haya un conflicto», pero que los norcoreanos no están interesados en la diplomacia «por el momento»: «Quieren conseguir una bomba que sea capaz de borrar a Chicago del mapa, entonces sí estarán interesados en buscar una solución diplomática».

De momento, como ha dicho Rex Tillerson, secretario de Estado de EE.UU, «los americanos pueden dormir tranquilos».

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