Chantaje, sexo adúltero y un suicidio por acoso en las juventudes «tories»

Cameron felicitó por su tarea e invitó a una fiesta electoral a Mark Clarke, un acosador ahora expulsado del partido por un gran escándalo

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Mark Clarke tiene 38 años y se encuentra en un resort de híper lujo en las islas Barbados, el hotel Coral Reef. En ese paraíso, que fue en su día destino de relajo favorito de Tony Blair, lo acompañan sus dos hijos y su mujer Sarah, una alta directiva en el servicio público de salud británico. Hace una semana, Clarke fue expulsado del Partido Conservador británico, en el que había militado desde su primera juventud. Se entiende que haya puesto tierra de por medio, porque es el protagonista del escándalo que estos días sacude a la familia tory, denunciado con contundencia en la propia prensa de derechas inglesa.

Una historia muy turbia, en la hay de todo: sexo adúltero en la mesa de billar de un pub, chantajes, acoso a un militante de 21 años que acabó en suicidio, cocaína, abusos sexuales… El problema para Cameron es que las andanzas de Clarke eran casi del dominio público, pero tres presidentes del Partido Conservador hicieron caso omiso a las denuncias de los militantes, que incluso se filtraron al propio Clarke, quien las aprovechó para chantajear a sus detractores.

El primer ministro llegó a invitar a Clarke a una fiesta de té y pastas en su residencia campestre de Chequers, donde se celebraba la victoria electoral. Era un modo de agradecerle su labor como activista en la campaña del pasado mayo. El té se suspendió tras el suicidio del acosado, Elliot Johnson, que se arrojó el 15 de septiembre pasado a las vías de un tren tras las presiones y humillaciones de Clarke, que lo niega todo.

Criado en el Sur de Londres, Mark Clarke se convirtió en 2006 en el presidente de las juventudes del Partido Conservador, Conservative Future, una organización fundada en 1998 y cuenta con unos veinte mil afiliados. Permaneció dos años en el cargo y lo dejó en 2008, cuando a media voz ya se le acusaba de acoso sexual a algunas militantes. Aun así, el partido creyó en él, corrió un velo y lo lanzó como candidato al Parlamento por la circunscripción de Tooting, en el Sur de Londres. Parecía un joven valor prometedor, hasta el punto de que la revista «Tatler», una de las guías de la alta sociedad inglesa, lo recomendaba en un reportaje como futuro ministro de Industria. De allí le viene su mote: el Tatler Tory.

Pero, Clarke perdió las elecciones frente al hijo de un conductor de bus pakistaní, Sadiq Khan, hoy aspirante laborista a la alcaldía de Londres. Para seguir cercano al poder, el año pasado presentó al partido un proyecto de apoyo callejero a la campaña de Cameron, que llamó el «Road Trip 2015» (Viaje por Carretera). Se trataba de que un grupo de jóvenes repartiesen folletos puerta a puerta en las circunscripciones más reñidas. Clarke le dio color con los militantes ataviados a veces con esa etiqueta que distingue a quienes acuden a las carreras de Ascot, chistera y levita ellos, y vestidos de gala y tocados barrocos ellas.

Ganadas las elecciones, Cameron los felicitó y anunció que habría un «Road Trip 2020» en las próximas elecciones. Pero las barbaridades del Tatler Tory comenzaron a rebosar las paredes del vestuario. Elliot Johnson, de 21 años, miembro del «Road Trip» fue amenazado en público en un pub por Clarke, un individuo siempre bronceado, de mirada intensa y sonrisa un poco alocada, mientras lo retenía con violencia en una silla. Johnson se suicidó en las vías, pero antes dejó una nota en la que decía «he sido acosado por Mark Clarke y traicionado por Andre Walker» [otro controvertido militante que ya había sido expulsado antes del partido]. Además, el chico se cuidó de grabar a sus acosadores amenazándolo.

Elliot había denunciado a Clarke en los órganos internos del Partido Conservador, pero sus quejas llegaron a oídos del acusado, que se vengó a su manera: con el chantaje y el acoso. El padre del chico muerto ha denunciado en la televisión que el entonces presidente del partido, Grant Shapps, así como sus precedesores, sabían desde hace años «de la reputación de Clarke y no hicieron nada». El diputado conservador Ben Howlett ha salido en su apoyo y asegura que en las juventudes del partido había «una cultura de acoso a los militantes institucionalizada».

La cúpula tory alega que solo se enteraron de la situación en agosto, tras el suicidio. El Tatler Tory fue expulsado del partido de por vida la semana pasada y huyó a las Barbados a esperar que amaine. Pero dista mucho de amainar.

El folletín acumula cada vez más carnaza. En el Road Trip electoral, Clarke, casado y con dos hijos, compartía dormitorio con India Brummitt, una chica rubia de 25 años que trabajaba para la secretaria de Estado de Transporte, que es además la asesora de Cameron en la lucha contra la sexualización de los niños. Clarke y Brummitt legaron tan lejos que un día hicieron el amor en la mesa de billar de un pub. En otra ocasión él la abofeteó tan fuerte que le dislocó la mandíbula. India Brummitt también ha sido expulsada de la formación conservadora.

Otro que ha resultado salpicado es Robert Halfon, casado y de 46 años, que acude a las reuniones del Gobierno británico en calidad de secretario sin cartera. Halfon fue grabado por Clarke saliendo y entrando con su amante del East India Club, en Mayfair, en una de las zonas más exclusivas de Londres. Se ha sabido ahora que se gastó 30.000 libras de los contribuyentes en sus estancias allí con su relación extramarital, Alexandra Paterson. En una excusa un poco candorosa y más bien ridículas, Halfon ha alegado que ella no se quedaba a dormir.

Marke Clarke tenía como técnica chantajear a todos aquellos compañeros de partido que creía que se podían interponer en su camino. A uno lo grabó esnifando cocaína. En otro caso hizo llegar a la prensa amarilla el vídeo de un compañero manteniendo relaciones sexuales que circulaba por Facebook. El protagonista del vídeo había sido previamente chantajeado con una petición de dinero.

El calado político de la historia radica en que tres presidentes del Partido Conservador no se enteraron al parecer de quién era Clarke: la Baronesa Warsi (2010-12), Grant Shapps (2012-15) y el actual, Lord Feldman, estrecho colaborador y amigo de Cameron. Shapps se ha revuelto contra quienes lo acusan de hacer oídos sordos y responde diciendo que cuatro figuras relevantes de la cúpula aprobaron el Road Trip del Tatler Tory, entre ellos el jefe de campaña, el afamado gurú australiano Lynton Crosby.

Parece ser que Mark Clarke era un gran aficionado a la serie «House of Cards» e intentó hacerla real. La policía investiga el suicidio de Elliot Johnson y el futuro del un día prometedor Tatler Tory es muy oscuro, aunque lo demore bajo el sol de Barbados.

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