Bogotá rompe con el ELN por el secuestro de los periodistas

Salud Hernández Mora agradece a la Iglesia la mediación para ser liberada

MADRID Actualizado: Guardar
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«Nada va a evitar que siga recorriendo Colombia. En este país se hace mucha reportería de escritorio», fue uno de los tantos mensajes que la periodista colombo-española, Salud Hernández Mora, entregó a los medios locales tras seis días de secuestro en la provincia de Norte de Santander, fronteriza con Venezuela.

«Desde el primer momento estuve retenida contra mi voluntad. Yo siempre he sido imprudente. Creo que un reportero siempre tiene que ser imprudente. Si no lo es, el 70 por ciento de las cosas no las conseguiríamos», añadió la periodista, quien llegó a Colombia en 1997, se nacionalizó en 2002 y ha sido una crítica implacable contra el presidente Juan Manuel Santos, reelegido hasta el 2018 justamente por prometer firmar la paz con los grupos rebeldes.

En las columnas que publica semanalmente en el diario «El Tiempo», Salud argumenta que Santos, con el 20 por ciento de popularidad, está hablando de un posconflicto que no existe porque hay zonas de Colombia, como en la que estuvo secuestrada, que son verdaderas repúblicas independientes, llenas a reventar de cultivos de coca y lideradas por diferentes bandas criminales.

Por lo pronto, el secuestro de Salud y de otros dos reporteros del canal privado colombiano RCN que también fueron liberados, produjo un resultado concreto. Quedaron congeladas las negociaciones que Santos había empezado hace un par de meses con el Ejército de Liberación Nacional, (ELN, la segunda guerrilla del país).

«No activaremos ninguna mesa de diálogos mientras el ELN no libere a todos los secuestrados y renuncie definitivamente a este crimen de lesa humanidad», dijo.

«No sentí miedo»

Según la Fundación País Libre, ONG especializada en este delito, desde 1986 hasta el primer semestre del 2016, han sido secuestrados por el ELN 5.862 personas. «Mi retención no fue nada. Admiraba a los que estuvieron secuestrados durante años y que resistieron. Todos esos días he cambiado de sitio varias veces. Los traslados duraban varias horas por la noche. Cuando empezaba a oscurecer te movían al siguiente sitio. Me he pasado el tiempo mirando al cielo, si lo veía, y si no mirando al techo», anotó.

Salud fue explícita al agradecerle a la Iglesia Católica por su liberación y mantuvo silencio cuando le preguntaron por los esfuerzos del Gobierno en rescatarla.

¿Sintió miedo? «Yo sé que suena prepotente pero no siento miedo en esas circunstancias, nunca lo tengo. La única preocupación mía era la preocupación de mi familia, de mis amigos y también la preocupación cuando vi que había operativos, la preocupación por esos militares, por esos soldados y dije Dios mío que no vaya a pasarles nada por mí, eso sí me angustia, porque me parecería una muerte innecesaria».

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