Berlusconi será juzgado por sobornos a testigos durante el caso «Ruby»

El «Bunga bunga», los famosos festines nocturnos de Silvio Berlusconi en los que se divertía con jóvenes y prostitutas, le siguen pasando una pesada factura, económica y judicial. El ex primer ministro, de 80 años, será juzgado por presunta corrupción en actos judiciales, por haber pagado casi diez millones de euros a sus 23 huéspedes en las fiestas para que prestaran falso testimonio en los tribunales.

El nuevo proceso para Berlusconi se abrirá el próximo 5 de abril en Milán. El escándalo sexual «Bunga bunga» fue una página importante de la historia del país y marcó la decadencia política del ex primer ministro.

Según la reconstrucción realizada por los fiscales Tiziana Siciliano y Luca Gaglio, el ex primer ministro habría comprado el testimonio de las jóvenes para que no dijeran la verdad en los juicios sobre el caso Ruby –nombrado así por la joven marroquí Karima El Mahroug

– y negaran que ésta había tenido encuentros sexuales con Berlusconi cuando aquella era menor. La mayor parte de ese dinero, siete millones de euros, fueron destinados a la joven, conocida como «Ruby Robacorazones».

Un dinero que en parte la joven marroquí habría utilizado para abrir un restaurante en México. Ruby, la mujer fatal del «Bunga bunga», llevó una vida de lujo y de compras sin freno, abriendo incluso cuentas bancarias en los Emiratos Árabes, mientras colocaba de vez en cuando fotos en Facebook desde playas paradisíacas.

El abogado defensor del ex primer ministro, Federico Cecconi, calificó esos pagos como actos de «generosidad» de Berlusconi. «Por primera vez se procesa el delito de generosidad», lamentó ayer Cecconi. Pero el trabajo de la Fiscalía para acusar a Silvio Berlusconi ha sido exhaustivo, aportando una montaña de documentos, interceptaciones telefónicas, mensajes WhatsApp y vídeos que, según la acusación, demuestran que el ex «Cavaliere» compró el silencio o el falso testimonio de Ruby y de otras 22 jóvenes.

Solo eran «cenas elegantes»

Todas ellas están imputadas, con juicio previsto para julio, en un proceso denominado «Ruby ter» (tercero), acusadas de corrupción en actos judiciales por falso testimonio. La jóvenes, aconsejadas por los abogados de Berlusconi, afirmaron que no hubo encuentros sexuales y que se trató solamente de «cenas elegantes», como afirmaba el líder de Forza Italia.

Para el exprimer ministro es la segunda vez que se ve en el banquillo de los acusados por las revelaciones del escándalo Ruby. En el primer proceso, el caso llegó hasta el Tribunal Supremo, donde el ex «Cavaliere» fue absuelto de las acusaciones de abuso de poder y de prostitución de menores. En ese proceso quedó en evidencia que Berlusconi había tenido relaciones con la joven marroquí, cuando ésta era menor, pero sin ser consciente de la edad de Ruby.