Un civil sirio evacuado este jueves de los barrios rebeldes de Alepo
Un civil sirio evacuado este jueves de los barrios rebeldes de Alepo - AFP

Al Assad celebra «la victoria» de Alepo

La evacuación de civiles y milicianos de los barrios rebeldes de la ciudadse reanuda en un ambiente de euforia entre los leales al presidente sirio

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La esperanza se hizo realidad en Alepo y el proceso de evacuación de los barrios orientales ya está en marcha. Decenas de vecinos de Saladino, uno de los dos últimos bastiones opositores, esperaban en el cercano Ramusa la salida de los autobuses para poder entrar y ver sus casas. «Es un día de fiesta para toda Siria. Mataron a mis dos hijos, tengo ocho nietos huérfanos a quienes tengo que cuidar… son perros y deben salir», eran las crudas palabras de Husein Mehid, que acusaba «a Europa y los países del Golfo de enviarnos a estos terroristas». El grito antioccidental, antiturco y antipaíses del Golfo era unánime: aquí solo Rusia e Irán tienen el favor de esta parte de la población que celebraba la victoria del Ejército de Al Assad en Alepo.

El escenario elegido para la evacuación es apocalíptico, con edificios carcomidos por las balas, otros semihundidos por los bombardeos y familias metidas en ellos, asomadas a los balcones que parecían se podían derrumbar de un momento a otro. Nadie se quería perder lo que el presidente Bashar al Assad calificó este jueves de «victoria histórica» que «cambiará la situación mundial y regional», según un mensaje de vídeo colgado en su cuenta de Twitter.

El Ejército y la Policía acordonaban la zona por la que salían los autobuses de línea de color verde y ambulancias, y en la que también había presencia rusa. La partida de los primeros veinte autobuses provocó insultos y disparos al aire de alegría. En su interior, 1.150 personas abandonaron la zona oriental, enfermos y heridos acompañados por sus familiares. En los próximos días continuará una operación que ha sido posible gracias al acuerdo a cinco bandas entre Rusia, Turquía, Siria, oposición e Irán. La voz de los iraníes fue una de las claves para que la evacuación se retrasara 24 horas. La república islámica puso sobre la mesa la evacuación simultánea de enfermos y heridos de Fua y Kefraya como condición para terminar la ofensiva en Alepo, y lo logró. Estas dos localidades chiíes de la provincia de Idlib llevan años cercadas por los opositores, e Irán logró que 4.000 enfermos y heridos puedan superar el cerco en los próximos días. «Irán nunca abandona a los suyos y por eso luego la gente pelea a muerte por ellos», comentaba un funcionario del Gobierno sirio al conocer el inicio de la evacuación simultánea en Alepo, Fua y Kefraya.

«Yo no quiero que se marchen así, exijo justicia y que paguen por lo que han hecho. ¡Justicia y venganza, que paguen por la muerte de mi hijo!»

«Yo no quiero que se marchen así, exijo justicia y que paguen por lo que han hecho. ¡Justicia y venganza, que paguen por la muerte de mi hijo!», gritaba Abdul Based Habash sin poder contener la ira. También esperaba el fin de la evacuación para volver a su casa, pero deberá tener paciencia porque la operación durará varios días, ya que «hay unas 50.000 personas» aún atrapadas, según revelaron fuentes turcas a Reuters. Después de apoyar durante años a los opositores para mantener su lucha armada en Alepo, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, cambió de estrategia en verano para centrarse en proteger su frontera de los kurdos y de Daesh, lo que supuso el principio del fin del sueño opositor de establecer una capital alternativa a Damasco en la segunda ciudad del país.

Erdogan trató de asumir protagonismo en la evacuación y, en una comparecencia en televisión, reveló que mantuvo al corriente de todo a su homólogo estadounidense, Barack Obama, y al presidente ruso, Vladímir Putin, que es quien de verdad tiene el poder sobre el terreno. Los turcos se plantean ahora levantar un nuevo campo en su territorio para acoger a los desplazados tras la derrota opositora.

Rusia es la que ejerce el papel de potencia sobre el terreno tanto en la guerra como en esta evacuación en la que se ha erigido en país supervisor. El asesor humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland, señaló que los rusos detallaron al organismo internacional «cómo se realizará la evacuación y han confirmado que la supervisarán y que será una evacuación rápida, sin burocracia, no intrusiva, y que los evacuados no sufrirán ningún daño». Egeland informó de que la ONU fue «invitada» por Moscú a «asistir a las operaciones de evacuación» y aseguró que habrá una «pausa» en los bombardeos sobre Idlib durante la llegada de los miles de desplazados de Alepo.

Guerra calle por calle

Hamzi caminaba con su padre, ajeno al tumulto formado por los periodistas y vecinos que esperaban el paso de los autobuses. No salió de Saladino en todos estos años. La guerra en Alepo ha sido calle por calle, y en el caso de Saladino la mitad del barrio quedó en manos del Gobierno y la otra mitad en las de los opositores. «Ya es suficiente, solo quiero que regrese la gente a sus casas y vuelva la vida, solo quiero ver de nuevo vida en estas calles», confesaba con rostro cansado mientras pasaba con cuidado entre los escombros de una de las barricadas levantada para evitar a los francotiradores.

La salida de los primeros autobuses se produjo a mediodía y el tráfico no se detuvo en toda la jornada. Los que quieran quedarse deberán entregarse a las autoridades primero para regularizar su situación, también el canal Al Mayadeen aseguró que algunos autobuses especiales enviados desde Turquía sacarán a los combatientes extranjeros. Los vehículos salen por la misma carretera que emplearon los grupos armados para romper en septiembre el cerco impuesto por el Ejército formando una gran caravana que medios como la agencia rusa Sputnik calificaron de «la caravana de la vergüenza y de la infamia». Los medios oficiales sirios celebraron la victoria militar sobre unos opositores «derrotados y humillados». La batalla por Alepo termina después de cuatro años y el precio pagado es enorme, pero la guerra en Siria continúa.

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