En breve:
Parece imposible que Bruno Senna se desprenda de la figura de su tío. Aunque han pasado 18 años desde que el tricampeón murió en un accidente en una curva de Imola, su figura emerge por encima de la de sobrino en las Fórmula 1. De hecho, el fallecimiento de la estrella de las carreras llevó a su hermana a prohibir a Bruno competir cuando era niño. Así, el futuro del nuevo Senna pareció alejarse del motor durante su infancia a pesar de que con cuatro años apuntaba condiciones innatas en palabras de Ayrton. Su madre tardó en aceptar la idea de que pudiera ingresar en deportes de velocidad. Sin embargo, su trabajo en las tareas benéficas en el instituo Ayrton Senna le permitió conocer de cerca el cariño y respeto de aficionados y miembros del ‘gran circo’.
Una vez que Viviane dio luz verde a Bruno para volver a las carreras con 21 años su ascensión fue meteórica. De los karts pasó a la fórmula británica BMW, después a la Fórmula 3 –subió varias veces al podio- y en la GP2 ganó varios grandes premios y llamó la atención con su subcampeonato –además de por atropellar a un perro en una de las carreras-.
La llamada de la Fórmula 1 se lanzó desde la novata Campos Meta que pasaría a llamarse Hispania. En la escudería española no dispuso de de opciones para lucirse y fue apartado y despedido después de equivocarse en la dirección de un correo electrónico con un mensaje crítico sobre la gestión de equipo que terminó en el buzón de su jefe Colin Kolles.
Tras su despido buscó acomodo en Renault, donde estaba destinado a ser el tercer piloto. Pero el accidente de Robert Kubica le abrió hueco para sentarse en el monoplaza francés. Cuando mejor apuntaban los pronósticos estrelló su coche contra el de Jaime Alguersuari en el circuito de Spa y provocó algunas críticas entre los pilotos. Aunque aquella temporada consiguió sus primeros puntos finalmente se quedó sin puesto entre los pilotos titulares.
Su nueva oportunidad ha llegado en Williams, histórica escudería que ha vuelto a unir su carrera con la de su tío. “Nunca pensé que se podría cruzar mi camino con el de Ayrton”, asume en una mezcla de orgullo y respeto. Su pariente solo condujo el monoplaza de los británicos en 1994, en aquella temporada fatídica que segó su vida en Tamburello. Sin embargo, no existe temor ni superstición en la familia Senna: “Hablé con mis abuelos, incluso antes de hablar con mi madre (Viviane), cuando me dieron la noticia y mi abuela estaba feliz y mi abuelo tenia una gran sonrisa”, asegura Bruno.
A su favor tiene el conocimiento de los motores que tendrá Williams y en su contra su fama de haber logrado un puesto en la fórmula 1 gracias a sus patrocinios. “Brasil está en un buen momento económico y es un orgullo para mí representar esas empresas”, responde el inexperto piloto. En Williams confía en cambiar su prestigio y alcanzar sus primeros días de gloria: “Han pasado muchos campeones por aquí y con esa herencia me gustaría pasar a ser parte de ese museo de ganadores”.
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