Helen Lindes, a punto de ser madre

Está radiante en su séptimo mes de embarazo -será un niño y se llamará Alan-, pero la modelo canaria de 35 años reconoce que hasta no hace mucho ella no era «de niños ni de bodas». La próxima maternidad, sin embargo, le ha cambiado radicalmente su forma de pensar hasta el punto de contar los días que restan para celebrar la baby shower de su bebé y decorar el cuarto que ya ha reservado para él en su casa de La Finca. Casada con el jugador de baloncesto del Real MadridRudy Fernández (31), la que fuera Miss España en el año 2000 ha protagonizado su último acto profesional al amadrinar una colección de cochecitos de bebé de una firma noruega (Stokke).

Helen sale de cuentas el 23 de diciembre y ya sueña con los largos paseos que dará junto a su retoño y su marido.

¿Qué le ha hecho cambiar con respecto a la maternidad?

Llevo junto a Rudy cinco años y desde el segundo, él ya me decía que tuviéramos un hijo. Yo no lo tenía tan claro. No me sentía capaz. Además, siempre he querido celebrar primero mi boda y después, los bebés. Le convencí, lo disfrutamos mucho y ahora Rudy va a cumplir el sueño de ser padre. Estoy feliz y sorprendida con estos nuevos sentimientos que han aflorado.

Su bebé podría nacer en plena Nochebuena. Les espera una Navidad muy especial...

Eso es lo que está previsto. Yo ya no me voy a mover de Madrid y traeré a mi madre un par de semanas antes para que esté a mi lado. Preferiría que naciera unos días antes, pero eso ya no depende de mí. Rudy está muy emocionado. El otro día mostró en su cuenta de Instagram las imágenes en 4D de nuestro hijo... y es que está ilusionado. Desea compartirlo con todo el mundo. Me ha sorprendido, porque él siempre ha sido muy reservado, pero también es cierto que llevamos nuestra relación de una manera muy natural. Hacemos lo que nos apetece sin importarnos lo que opinen otros.

Entiende que con un hijo su carrera como modelo se va a interrumpir una temporada...

Desde que decidí dar este paso he ido dosificando mis trabajos y paralizando algunos proyectos, sobre todo los viajes. Siempre he sido una mujer muy sensible y durante el embarazo he seguido esa tónica. Soy de lágrima fácil, de tomarme todo muy a pecho. Lo que empiezan a surgir son los clásicos temores sobre si sabré cuidar bien de mi hijo con mi familia lejos de aquí… En el fondo nada nuevo, porque soy un poco solitaria. Mi mayor miedo es ser primeriza. Puedo contar con los dedos de una mano las veces que he cogido a un bebé en brazos. En cuanto al parto, claro que me preocupa que dos días antes de salir de cuentas Rudy esté en Belgrado. Espero que no le pille tan lejos.

¿Por qué el nombre de Alan?

Quería un nombre inglés, corto, que empezara por A, y es era el que más me gustó. Mi madre es inglesa y Alan es reconocible en cualquier parte, ya que esperamos que sea un chico que viaje mucho.

¿Habrá bautizo?

No, porque nuestra boda fue civil. Somos católicos, pero no practicantes.

¿Cómo es Rudy Fernández fuera de la cancha de baloncesto?

Es bastante sensible y tímido, y le cuesta expresar sus sentimientos. Su fachada en la pista siempre ha sido la de tío duro, de darlo todo y sacar mucha garra, pero en casa es todo lo contrario. A mí me encanta su manera de ser, alguien que no muestra todo de primeras. A pesar del tiempo que llevamos juntos, cada día me sorprende con algo de su personalidad. Como él, yo también soy independiente y tímida. Los dos salimos de nuestras casas muy jóvenes, debido a nuestras profesiones, y me consta que él tuvo una adolescencia muy dura al no tener a sus padres. Seguramente eso le hizo formarse una coraza que poco a poco ha ido rompiendo, para ser hoy más extrovertido. Yo también, a los 15 años, me instalé en un apartamento con modelos y allí afloraron muchas inseguridades. Siempre estás siendo evaluada por tu físico. Rudy y yo hemos tenido que romper muchas barreras, y hoy somos maduros y felices. Casi nunca discutimos.

Los matrimonios entre deportistas y modelos son un clásico. Y los divorcios, también. ¿Qué piensa de Feliciano López y Alba Carrillo?

Con Alba he coincidido una vez en un desfile y no tengo amistad. Rudy conoce a Feliciano, pero, vamos, tampoco sabemos qué ha pasado.

En su anecdotario figura un curso de locución junto a Pablo Iglesias...

Fue hace tres años. Se trataba de un curso de dos meses en el Instituto de TVE y recuerdo que formamos una buena piña. Era un grupo de ocho y él era el mayor. La profesora que más nos enseñó fue la actual presentadora de «La mañana de la 1», María Casado, que era adorable. Aprendimos mucho. Pienso que el que menos encajaba era precisamente Pablo, porque era más veterano que el resto, que éramos unos estudiantes de periodismo, un concursante de un reality y yo, una modelo. Él ya tenía dos programas en televisión de tertulia política y era profesor de la Cumplutense. Por eso nos preguntábamos qué hacía él en ese curso. Pienso que igual necesitaba coger más soltura o seguridad en televisión.

¿Hacían luego pandilla de irse a tomar unas cervezas?

Lo hicimos una vez y claro que vino. También se apuntó Monedero a las cañas, pero yo no sabía quién era.

¿Y nunca le tiró los tejos? Tiene fama de ligón…

No me tiró los tejos por respeto a Rudy. Él es muy fan y le encanta el baloncesto. Una vez me mandó por mail un artículo que había escrito sobre la selección española de baloncesto, con unas referencias políticas. Y en uno de los primeros mítines que dio en Vistalegre hizo una similitud entre el estado de la situación política actual y la selección de baloncesto y se citó a Rudy. Los dos estábamos alucinados con todo eso.

¿Le preocupa el país al que ahora va a llegar su bebé?

Más que la política, me preocupa el medio ambiente, lo que pueda respirar o comer...