La actriz y su madre en una imagen de archivo
La actriz y su madre en una imagen de archivo - gtres

Ana Obregón: «Necesito estar con mi madre, ahora me toca cuidar de ella»

Tras pasar los peores días de su vida, viaja hasta Mallorca para cuidar de su progenitora, víctima de un derrame cerebral

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Como los auténticos artistas, sabiendo que su obligación con el público y sus compañeros de reparto se tiene que cumplir hasta el final, Ana Obregón ha vivido el momento más amargo de su carrera cuando ha tenido que hacer de tripas corazón para subirse al escenario e interpretar la comedia «Sofocos» bajo la angustia de saber que su madre, Ana María Obregón Navarro, se encontraba en la UCI de un hospital de Mallorca tras sufrir un derrame cerebral. Ayer, la actriz por fin terminó sus compromisos profesionales y a primera hora de la mañana de hoy ponía rumbo a la isla balear para estar junto a su progenitora. «Necesito estar a su lado –explicó por telefóno–. Estos han sido los peores días de mi vida.

Lo único bueno que saco es que me he demostrado a mí misma que soy muy buena actriz: he sido capaz, durante tres jornadas y en función doble, de hacer reír al público a pesar de que estaba rota por dentro».

Una familia unida

A Ana Obregón sólo le consolaba saber que sus hermanos permanecían junto a su madre, mientras ella estaba en Madrid. «Somos cinco hermanos y, como hacen muchas familias, hemos establecido unos turnos. Ahora es mi momento».

Fue el pasado viernes, en la casa de verano de los Obregón, situada en la bellísima Costa de los Pinos de Mallorca, cuando Ana María sufrió el derrame. Aunque ya está estabilizada, aún se desconoce cómo será su evolución. El susto de toda la familia ha sido de los que dejan huella. Como tantos matrimonios mayores, los García Obregón querían apurar una parte del mes de septiembre y disfrutar de la tranquilidad de la isla tras el bullicio estival. Durante los meses de julio y agosto, sus hijos y nietos habían desfilado por la casa, tal y como hacen todos los veranos. Tremendamente familiares, los Obregón son una piña y en esa residencia tantos los abuelos como los nietos se encuentran en un auténtico paraíso.

Es verdad que desde hacía un tiempo la matriarca de la familia había tenido una serie de problemas de salud, pero nada que revistiera gran importancia. Peor estuvo el padre de la actriz, Antonio García, quien hace un año tuvo a la familia muy preocupada por una dolencia. Pero este verano todo había ido bien, con los achaques propios de le edad, aunque sin imaginarse que justo al final iban a vivir un susto tan grande.

Según confiesa la propia Ana, ha llorado sin parar durante todos estos días por la angustia de no poder estar junto a su madre, a la que adora, y con la que siempre encontró la complicidad que toda hija necesita en los momentos cruciales de su vida.

Porque si alguien ha disfrutado de la carrera artística de Ana Obregón ésa ha sido precisamente su Ana María. Desde sus inicios, celebró muchísimo los éxitos de su hija y, también, sus idas y venidas. Solían ir juntas a muchos desfiles y fiestas de sociedad, donde todo el mundo se ha podido percatar de lo bien que se llevan.

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