El tabule de kinoa y azuki de B-Vegan en Barceló Montecastillo
El tabule de kinoa y azuki de B-Vegan en Barceló Montecastillo
Gastronomía

El restaurante donde no pensabas acabar

La cocina vegana de B-Vegan es toda una arquitectura de sabores con matices poco conocidos

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Son muchos los restaurantes que hoy en día se dedican a la conocida como cocina de producto, consecuencia natural de la calidad de carnes y pescados, no sólo en la provincia de Cádiz. Las verduras y hortalizas son, además, la seña de identidad de la dieta mediterránea. Son muchos los platos gaditanos que se elaboran solamente con verduras, pero existen multitud de prejuicios al plantear un estilo de vida vegano, es decir, consumir alimentos exclusivamente de origen vegetal.

El restaurante pop-up B-Vegan del hotel Barceló Montecastillo, impulsado por su director Ignacio Martín, quiere romper con los tópicos entorno a la cocina vegana, y para ello invitó a un grupo de blogueros gastronómicos de Cádiz a probar su oferta gastronómica, que incluye algunos platos macrobióticos.

Comer verduras se le puede antojar a muchos como algo aburrido, pero en las manos del chef portugués Luis Narciso, y del jerezano Luis Piñero, se convierte en todo un ejercicio de arquitectura de sabores. 

Fue el primero el que llegó a los fogones de Montecastillo para dar a conocer uno de los pilares de una forma de vida responsable con el medioambiente. Con el apoyo de Patricia Restrepo, directora del Instituto Macrobiótico de España y del restaurante valenciano Kimpira, han confeccionado un menú que pretende satisfacer a vecinos y visitantes veganos, así como a los aficionados a la gastronomía. 

La cena, que contó con la presencia de los blogs Aprendiendo a Cocinar, La Fritada, Grupo Gastronómico El Almirez, la emprendedora del sector turístico Lola Rueda y Silvia Gómez, del departamento comercial del hotel, tuvo lugar el pasado viernes en el exterior del castillo, frente al campo de golf.  

Unos patés de alcaparras y aceitunas negras, altramuces y pistachos, y miso y tofu, acompañados de crudités de verduras y chips de yuca y remolacha sirvieron de entrantes. Junto al vino tinto de crianza ecológica Okhre, llegó el Bloody Mary de remolacha con refrescante de raíz de loto, uno de los platos más aplaudidos por la mesa, que demuestran la versatilidad de los productos de la tierra bien trabajados.

El tabule de kinoa y azuki introduce de lleno en ingredientes desconocidos para la mayoría, pero que permiten configurar platos llenos de nuevos sabores y texturas, al igual que el risotto de guisantes, tofu y cinco algas. Para finalizar, la  Monteburguer de tofu y verduras con bravas de yuca terminó de demostrar las bondades de la cocina vegana, donde no se echa en falta nada, simplemente se disfruta de matices desconocidos para el paladar. Si quedaba alguna duda, los postres la disipan: brownie de cacao y refrescante de plátano y una tarta de zanahoria.

La experiencia de B-Vegan está abierta al público y a los clientes del hotel hasta finales de septiembre, en horario de cenas los lunes y sábados.

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