Un nuevo informe concluye que a «Richi» lo mataron antes de lanzarlo al río

La nueva pericia da un vuelco al caso del menor hallado muerto en el Henares

Madrid Actualizado: Guardar
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Un nuevo informe pericial puede dar un vuelco de 180 grados a uno de los casos más controvertidos de los últimos años: la muerte de Richard Ángel Egoavil Rainero, el menor de 17 años desaparecido el 31 de enero de 2015 y cuyo cadáver fue hallado tres semanas después en el río Henares. Un nuevo informe, elaborado por la antropóloga forense y criminóloga María del Mar Robledo Acinas, a petición de la familia del chaval, concluye que la muerte se produjo fuera del agua.

Es decir, que «Richi», como le conocían sus allegados, murió presuntamente a manos de una o varias personas a raíz de una paliza, y que fue después cuando lo lanzaron al río, para deshacerse del cadáver.

El abogado de la familia, José Luis Vegas, ha remitido un escrito al juzgado de Instrucción número 2 de Alcalá de Henares aportando la nueva pericial y solicitando, entre otras pruebas, la realización de una segunda autopsia.

Como ya informó ABC, el pasado octubre, tras una compleja investigación, la Policía Nacional detuvo a ocho adolescentes por su supuesta implicación en el crimen. «Richi», vecino de Meco, había salido de fiesta con unos amigos la noche de autos y tuvo un primer encontronazo con los sospechosos en una discoteca de Alcalá de Henares. Según narraron los amigos de la víctima, todo fue a cuenta de una chica (que luego sería arrestada) y el asunto no terminó con mayores consecuencias. Luego, según el relato de estas mismas personas, el menor se marchó solo. Es entonces cuando, a juicio de los investigadores, se produjo una segunda trifulca, en la que «Richi» fue objeto de una paliza. En este punto, señalaron a cinco de los ocho detenidos, a los que se acusó de homicidio, mientras que a los tres restantes, de encubrimiento.

Tras pasar a disposición judicial (en el caso de los mayores de edad) y por la Fiscalía de Menores (cinco aún no habían cumplido los 18 años en el momento del crimen), todos quedaron en libertad con cargos. Paulatinamente, se ha ido tomando declaración en sede judicial a más testigos, principalmente a amigos de la víctima que estuvieron allí aquella noche. Uno de ellos reconoció que vio cómo a «Richi» le daban una paliza, pero que no intervino porque tenía miedo.

El informe de la doctora Robledo Acinas pone de relieve algunas contradicciones y falta de pruebas en la primera y aún única autopsia. En ella, se establecía que el joven murió ahogado; es decir, que estaba vivo cuando lo arrojaron al río, tras la paliza. Eso sí, el forense que la practicó no pudo concluir de manera satisfactoria si se trataba de un suicidio, un homicidio o cayó por accidente.

ABC ha tenido acceso al nuevo informe, que echa en falta en sus consideraciones médico-legales que se valoraran, por ejemplo, las livideces cadavéricas y un análisis de la hemodilución (un efecto producido por el paso del líquido a la sangre y considerado, tradicionalmente, como un signo de sumersión vital); la presencia o no del hongo de espuma (que se crea al mezclar el agua con moco junto con los movimientos respiratorios convulsivos agónicos); los pulmones tenían un tamaño normal, cuando en los casos de ahogamiento se hinchan hasta tal punto, que pueden sufrir erosiones por su aplastamiento contra las costillas...

El estómago y el hígado

En la autopsia no aparece un volumen significativo de agua del río en el estómago, aunque sí vegetales compatibles con la flora del río que, no obstante, detalla Robledo Acinas, no se analizaron para confirmar la relación con los hechos. Más lagunas: el hígado no presenta las alteraciones propias de una muerte por sumersión (congestionado y sangrante al corte); no se valoraron las diatomeas en sangre ni se estudiaron la presencia de marcadores como el estreptococo y el coliforme fecales en los ventrículos, la arteria y la vena femorales (imprescindibles en casos como este).

«Dadas las características expuestas –concluye el nuevo informe pericial de parte, realizado este mes de enero–, el cadáver de Richard Ángel Egoavil Rainero no presentaba ninguna, hecho que nos lleva a descartar la muerte por sumersión, siendo el único indicativo de la misma el hecho de que su cuerpo apareciese sumergido en el agua y, por tanto, la única causa de muerte contemplada desde el primer momento».

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