El Ayuntamiento «maquilla» las cifras de visitantes del World Pride

Desde que Madrid fue elegida en 2015, aún bajo el mandato de Ana Botella, como sede del World Pride, las expectativas sobre el número de visitantes que acogería la ciudad han oscilado de más a menos. En cuestión de meses, se ha pasado de los optimistas 3 millones de participantes -que hubiera supuesto duplicar la población de Madrid- al balance final que presentó ayer el Ayuntamiento, que se quedó reducido a 2,2 millones de personas en toda la semana -del 23 de junio al 2 de julio- y 1,4 millones en la manifestación del sábado 1 de julio, según los datos que aportó el delegado del área de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero.

Tampoco el «lleno total» de ocupación hotelera que se esperaba ha sido completo.

Expertos del sector turístico y hotelero consultados por ABC coincidieron en señalar a principios de año, que con las cifras que los organizadores del Orgullo manejaban entonces, confiaban en alcanzar el 100% de las plazas reservadas. El coordinador general de la Alcaldía, Luis Cueto, indicó ayer que, al final, la ocupación hotelera se quedó en el 85%, con una subida del 15% de los precios, según los datos facilitados al Ayuntamiento por la Asociación de Hosteleros de Madrid.

Ante la avalancha de gente que se esperaba durante el fin de semana del 1 y 2 de julio, Metro de Madrid, por primera vez en su historia, abrió durante 24 horas. Pero la cantidad de usuarios esperados estuvo «por encima de la realidad», en palabras el consejero de Transportes, Infraestructuras y Viviendas, Pedro Rollán. Frente a los 1,4 millones de usuarios que la red del suburbano transporta de media un sábado corriente, durante el World Pride aumentó la demanda, solo el sábado 1 de julio, en unos 240.000 pasajeros, 70.000 de ellos entre las 2 y las 6 horas.

El portavoz del PP en el Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida, también hizo un balance «positivo» del World Pride, aunque afeó «el triunfalismo» del equipo de Manuela Carmena. «No deberían haber inflado las expectativas de asistentes porque no se han cumplido las expectativas que durante meses ha tenido el triunfalismo de este equipo de Gobierno», afirmó el edil. Pese a criticar el «adanismo» de Ahora Madrid, Martínez-Almeida coincidió en que «la imagen que Madrid ha dado al mundo fue buena».

Al margen de las expectativas, las cifras de este año son de récord: en 2016, la organización calculó que el número de asistentes fue de 1,5 millones durante todas la semana. De ellas, 500.000 asistieron a la manifestación, que recorrió el Paseo del Prado desde la plaza de Colón hasta Atocha, el mismo itinerario que en esta edición.

Un análisis encargado a BBVA por el Ayuntamiento arroja que en la «zona World Pride» (Sol, Palacio, Justicia, Cortes, Universidad, Argüelles, Embajadores, Recoletos, Jerónimos y Castellana), el gasto total directo en esos días fue de 115 millones, un 15% más que en un periodo normal. En materia seguridad, Barbero destacó que «no se produjo ningún incidente grave». Incluso, la Policía Municipal realizó durante la celebración menos intervenciones que en el Orgullo del año pasado y Samur mejoró los tiempos de respuesta respecto al mismo periodo. A su vez, la edil de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, destacó que los avisos por limpieza en centro cayeron un 67% respecto a 2016.

Carmena felicitó la organización del World Pride, voluntarios, Policía, Samur, y las áreas del Consistorio involucradas en el evento porque se supo «interpretar la partitura» que pedía que Madrid fuese «líder en procesos de libertad e igualdad de derechos».