Atasco a la vista por el cierre de dos carriles en el nudo de O'Donnell

Los conductores temen que las obras en el puente sobre la M-30 colapsen el tráfico, sobre todo por la situación de un «stop»

Varios coches circulan por el nudo de O'Donnell, ya con los carriles cortados ISABEL PERMUY
Ignacio S. Calleja

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Mientras la capital se colapsa a diario por el cierre de ocho túneles , afectados por filtraciones de agua, las obras en el nudo de O’Donnell amenazan con atascar el tráfico de entrada y salida a esta arteria. Los conductores temen que el corte de dos carriles en la M-23, y especialmente la colocación de un «stop» en el acceso desde la M-30, congestionen sobremanera la zona . Aunque los trabajos de rehabilitación del puente comenzaron el sábado, el lunes será el primer día para valorar el impacto real de la medida en la circulación.

«Todas las mañanas hay bastante movimiento y no sé si parar ahí es lo mejor», declara uno de los vecinos de la zona, en alusión a la parada obligatoria que se ha impuesto en el acceso desde la M-30, en dirección a la R-3 y Vicálvaro. La preocupación es que el «stop» haga un efecto tapón y el atasco llegue a la vía de circunvalación, ya de por sí bastante congestionada durante la primera hora punta del día. «Cuando el semáforo esté abierto –al final de la calle de O’Donnell– bien, pero cuando se cierre habrá problemas seguro», valora Belén, otra residente del barrio que pasa a diario por este eje, que conecta el centro con el este de la ciudad.

La colocación de esta señal, así como la limitación de velocidad y el cierre de la calzada en ambos sentidos, se produce por los trabajos de mejora que se desarrollarán en este puente sobre la M-30 durante los próximos cuatro meses y medio. La intención del Ayuntamiento es frenar el deterioro del elevado y corregir sus desperfectos, habida cuenta de que algunos elementos de los tableros han llegado al final de su vida útil, según detallan.

Rehabilitación en dos fases

Fuentes municipales explicaron que se adecuarán los sistemas de contención para adaptarlos a la nueva normativa y a la intensidad de tráfico del puente, además de renovar las barandillas, repavimentar la capa de rodadura, cambiar sumideros y sanear paramentos. Las obras, que arrancaron el sábado, se harán en dos fases.

Con esta actuación, la fisonomía del nudo de O’Donnell cambiará sustancialmente. Los carriles exteriores de ambas direcciones se cerrarán en la primera fase, quedando abiertos dos por sentido, además del de aceleración. En sentido entrada a Madrid se mantendrá el carril bus. Pasados dos meses, se abordará la segunda fase de la reforma, que previsiblemente afectará aún más al tráfico. Se cerrarán los carriles interiores , uno por sentido, con solo dos de entrada y salida.

En la M-30, por su parte, habrá cortes temporales en horario nocturno , entre las 23 y las 6 horas. No obstante, siempre habrá alguna vía abierta. El Consistorio aconseja el uso del transporte público mientras dure la obra.

Estos trastornos en el acceso a la capital desde la M-23 y O’Donnell se producen en paralelo a la reforma de casi una decena de túneles, cuyos cierres provocan importantes atascos en varias zonas de la ciudad, especialmente en el norte por los cortes de Pío XII y Sor Ángela de la Cruz. La problemática, de hecho, trasciende de la mera circulación y el Ayuntamiento ha solicitado el «secuestro» de la gestión y mantenimiento de los túneles, hasta ahora en poder de Dragados.

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