Vivenda reacciona contra la cesión de casas vacías en malas condiciones

El primer aniversario del Plan de Viviendas Vacías, la medida «estrella» del departamento que dirige Ethel Vázquez, se conmemora con sabor agridulce. Como ya publicó ABC, algunos de los propietarios aprovechan las ventajas de la iniciativa para ceder al alquiler social de la Xunta inmuebles en mal estado. En la mayoría de los casos, no revisten las condiciones mínimas de calefacción o presentan filtraciones de humedad. Detectada la trampa, la conselleira anunció ayer en el Parlamento un fondo de 200.000 euros para incentivar la rehabilitación de estos edificios, y de paso, adherirlos al catálogo del programa.

La expansión del Plan no está siendo todo lo favorable que cabría pensar en un principio. Las reticencias de Vigo y las ciudades populistas, enfrentadas de plano al PP, se da por asumida.

Pero otras localidades menos beligerantes —Orense es un ejemplo— han trasladado las mismas dificultades con su parque de pisos desocupados.

La convocatoria de las subvenciones, bautizada como programa «Realuga», se anunciará en los próximos días y se enmarca dentro de un «ambicioso» paquete de medidas que Vázquez desgranó durante su comparecencia en la Cámara autonómica. Se desembolsarán en total 39 millones de euros, diseminados en la recuperación de residencias en el rural, los bonos sociales y las medidas para incrementar la eficiencia energética.

«Estamos apostando por la rehabilitación —apuntó— para crear viviendas para las familias y minorar el impacto en nuestro territorio». La futura Ley Gallega de Rehabilitación persigue agilizar un cambio en la fotografía de los cascos históricos y la coordinación entre todas las administraciones.

«Fuerte impulso»

A petición propia, la conselleira defendió ante el resto de grupos parlamentarios el «fuerte impulso» que la Xunta está prestando a sus políticas: el presupuesto consignado en materia de vivienda aumentó un 8% respecto al año pasado. En paralelo, el horizonte fijado para este ejercicio es que 6.300 personas se beneficien de la abanico de ayudas y se genere una «inversión inducida» en el sector de 58 millones de euros.

Aqui caben los 400.000 euros que la administración autonómica consignará para restaurar las antiguas vivienda de maestros. O los préstamos a interés cero para los propietarios que deseen hacer obras de renovación. El despliegue se completa con un Fondo de Cooperación de 10 millones de euros para los concellos de menos de 50.000 habitantes.

De poco le vale este esfuerzo expansonista a la oposición, que ayer recriminó a Vivenda la escasa ejecución de los presupuestos del año pasado. «No fue su mejor año, conselleira: de los 15,2 millones presupuestados para rehabilitación, se ejecutaron apenas 2,15», relató la diputada socialista María Pierres, como antes ya había hecho Luís Bará (BNG), crítico con el «botafumeiro» del Gobierno gallego.En Marea llegó incluso a hacer paralelismos entre la situación del urbanismo y las sospechas de corrupción que envuelven estos días al PP de Madrid. El viceportavoz parlamentario de los rupturistas, Antón Sánchez, aseguró que a los populares ya no les queda «tiempo para la rehabilitación, hay que demoler».