El presidente del Gobierno en funciones a su llegada a la localidad de Cotobade (Pontevedra)

Rajoy ya asume que no será investido la próxima semana por el no del PSOE

El presidente en funciones lamenta la imposibilidad de entablar un mínimo diálogo con los socialistas porque Sánchez «no se pone al teléfono»

Cotobade (Pontevedra) Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy sabe que irá en balde al Congreso la próxima semana a la sesión de investidura, porque el voto decisivo del PSOE seguirá siendo un «no» rotundo, sin matices ni dobleces. Es igualmente consciente de que las posibilidades de que los socialistas cambien de rumbo son tan remotas como la localización de la carballeira elegida este año por el PP gallego para abrir el curso político en el municipio pontevedrés de Cotobade, después de que la diputación provincial –ahora en manos socialistas– se negara a ceder el uso del ya tradicional emplazamiento del castillo de Soutomaior. Rajoy ya lo asume: «La formación del Gobierno de España me temo que es hoy más un deseo que un hecho».

Todos los mensajes lanzados ayer tenían como únicos destinatarios al PSOE y Pedro Sánchez. Apenas se refirió a Ciudadanos y el proceso de negociación abierto con este partido cuyo plazo acababa en la noche de ayer. Todo lo más, Rajoy reconoció que tanto Albert Rivera como Coalición Canaria «han hecho un esfuerzo» al sentarse a negociar con los suyos, «y espero que podamos cerrar un acuerdo». Pero incluso «en el supuesto de que lo consigamos, no es suficiente», porque «si el PSOE vota como hizo en diciembre tendríamos que ir a votar en diciembre de este año», lamentó, «y esto empieza a ser preocupante para los intereses generales de este país».

Ante un auditorio de unas mil personas, Rajoy destacó que la economía «va bien porque se hicieron reformas», pero «las cosas pueden dejar de ir bien, y ya son muchos los avisos que empezamos a recibir dentro y fuera de España de que no se puede prolongar esta situación en el tiempo». «Sería muy negativo para España repetir elecciones y seguir con el Gobierno en funciones», una «anomalía».

Por eso, Rajoy apeló «a la responsabilidad de quien tiene que tenerla», un PSOE «que ha gobernado muchas veces», al que reconoció que el PP «combatió» desde la oposición pero que «ha hecho sus aportaciones al progreso de este país». », porque están en riesgo «los intereses generales de España, la economía y las vidas de miles de ciudadanos que no son responsables de esta situación».

Incluso Rajoy deslizó una suerte de guiño a los socialistas para abrir una posible negociación que facilite su investidura, al asegurar que los populares «haremos los esfuerzos programáticos que permite la Constitución para salir de esta situación», afirmación de amplio espectro que también podría referirse a alguna reforma exprés que evitara ir a unas terceras elecciones generales el día de Navidad.

Mucho más enérgico en su crítica al PSOE fue el presidente gallego y candidato a la reelección en las inminentes autonómicas del 25 de septiembre, Alberto Núñez Feijóo. «¡Basta de irresponsabilidad, de bloqueo, de parálisis, de perder el tiempo y el dinero!», reprochó a los socialistas, «¿por qué niegan la esperanza de tener la normalidad en las instituciones y el respeto a las urnas?». Así, recordó al PSOE «que puede rectificar y nos gustaría que rectificara, por el bien de España, el suyo propio y por el de su biografía política». «Ya está bien del cachondeo que está viviendo España», expresó indignado.

Sánchez no responde

En un breve corrillo con periodistas tras la finalización del acto, Rajoy reconoció que «por el momento no he podido ponerme en contacto con Pedro Sánchez» para intentar un hipotético acercamiento de posturas. Desde el entorno del presidente se es más contundente. «Pedro Sánchez no se pone al teléfono», indicaron a ABC diversas fuentes, «es imposible hablar con él de nada». «Ya vemos a lo que está», sentenciaron en referencia a la fotos de sus vacaciones que han ido publicándose en las últimas semanas.

Lo cierto es que el presidente en funciones ha intentado comunicar infructuosamente con el líder de la oposición en varias ocasiones. La primera fue antes de concretar el debate de investidura. Sánchez ya advirtió que no habría diálogo mientras no se marcara en el calendario esa fecha. La intención de Rajoy era volver a intentarlo esta semana próxima tras rubricar el acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria, para contar así con el aval de los 170 votos con los que incrementar la presión sobre los socialistas.

Precisamente, los más próximos al presidente en funciones reconocen que «con los socialistas se habla» pero «al final el que se niega a modificar su postura es Pedro Sánchez», enrocado en el no a toda costa. Rajoy evita incluso hacer cábalas sobre una hipotética abstención de los socialistas en una eventual segunda investidura después de las autonómicas gallegas y vascas. Todo a su debido tiempo.

Por su parte, el PP gallego interpreta que la cerrazón socialista que bloquea la formación de un nuevo Gobierno en España tendrá efectos en las urnas de las autonómicas, y que el PSOE podrá ser penalizado si el electorado lo visualiza como el responsable de esta situación. Eso, sumado a la guerra civil de los socialistas gallegos por la confección de sus listas, podría convertirse en otro varapalo electoral para Pedro Sánchez y alterar su actual enroque. Pero todo pasa por el 25-S. Y antes de esa fecha no habrá investidura.

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