El presidente de la Diputación, Dario Campos y el alcalde de Becerreá
El presidente de la Diputación, Dario Campos y el alcalde de Becerreá - EFE

Manuel Martínez admite que se acercó al PP por conveniencia

El de Becerreá y Darío Campos prometen «empezar de cero» su relación política

Santiago Actualizado: Guardar
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«Un matrimonio de conveniencia que nos interesaba a los dos». El nuevo vicepresidente de la Diputación de Lugo, Manuel Martínez describió de esta guisa su anterior situación en el Pazo de San Marcos, cuando era un proscrito para sus compañeros del grupo provincial socialista, y tomó la decisión de acercarse al Partido Popular. Los últimos meses para Martínez como diputado no adscrito le granjearon una «predisposición al acuerdo», según reconoció ayer, con la formación que pilota Elena Candia. Era una forma de torpedear al actual presidente y compañero del PSdeG, Darío Campos, con el que durante mucho tiempo mantuvo un duelo de reproches cruzados. Ahora, con el alcalde de Becerreá integrado en el gobierno provincial, pelillos a la mar.

El acuerdo suscrito entre ambos para que Martínez regresara al redil socialista ha devuelto las aguas a su cauce. «Fue una situación desagradable», manifestó el segundo de abordo de la Diputación: «Vamos a empezar a partir de cero y tratar de seguir la línea marcada por el presidente de que todas las decisiones que tomemos en sirvan para los vecinos». Y Darío Campos le correspondió, casi con idénticas palabras: «A partir de hoy se pone el marcador a cero y se inicia una nueva etapa para trabajar por los vecinos», explicó.

Ambos escenificaron su renovado entendimiento llegando juntos al pleno celebrado ayer. Pero su nombramiento como vicepresidente del gobierno provincial no ha traído del todo la paz a la corporación lucense.

Desde el PP, su presidenta provincial, Elena Candia, auguró con la incorporación de Martínez «nuevos capítulos de una telenovela» que ha dado mucho que hablar en Lugo. Aún así, trasladó sus deseos de cambiar el clima interno de la Diputación: «Espero que ganemos en normalidad y trabajemos para dar una mejor imagen de esta institución, que tanto lo merece y tantas patadas le dieron».

Tiempos cambiados

Quien no volverá al equipo de gobierno será el Bloque Nacionalista Galego. Su portavoz, Xosé Ferreiro, fue explícito cuando se le preguntó por su hipotética coalición con Campos: «Podemos decir con total rotundidad que los tiempos del BNG en el Gobierno de la Diputación terminaron», aclaró.

Los nacionalistas no descartan, sin embargo, llegar a acuerdos puntuales con el PSdeG. En el aire está la aprobación de los presupuestos. PP y BNG lamentaron no haber recibido todavía ni un borrador.

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