Maersk: la empresa que enfrentó a dos puertos

El puerto de Vigo no tira la toalla, pero «por desgracia, no hay pasos inmediatos a dar que tengan efectos espectaculares», tal y como reconoce el presidente de la terminal olívica, Enrique López Veiga. Por mucha batalla que quede por dar, la postura de Maerks aparenta inamovible, y salvo que alguien guarde un as en la manga, la danesa comenzará a operar de manera regular desde el puerto de Marín el próximo 16 de mayo.

Una decisión que desde la naviera zanjan que es «definitiva», después de que la consignataria Pérez Torres se hiciera con el contrato en una subasta pública en la que operadoras de ambos puertos hicieron sus respectivas ofertas. «Un proceso exhaustivo y transparente que siguió los criterios habituales de gestión y confidencialidad, habitual entre empresas privadas», apuntan desde la multinacional.

En cuanto a los motivos del traslado, señalan, que se han «basado principalmente en los costos y factores operacionales previamente analizados, siguiendo el procedimiento estándar de la compañía, el cual está diseñado para asegurar el alto nivel de servicios que ofrecemos a los clientes en la región, manteniendo un precio competitivo». Hasta el momento, Maerks había negociado directamente con la empresa que gestiona la terminal de contenedores de Vigo, pero este año decidió abrir la puja a Vilagarcía y Marín, resultando esta última la «oferta más ventajosa».

«Competencia alterada»

Pese a que desde Vigo reconocen que Maerks convoca una subasta al amparo de lo que le permite la legislación, acentúan el duro mazazo que supone para la terminal el traslado de una empresa que representa entre un 20 y un 30 por ciento de los tráficos en sus instalaciones. Sin contar con el impacto económico que podría superar, según las primeras estimaciones, el millón de euros y que, indican, «pone en riesgo su autofinanciación». «Hay razones en la legislación española que impiden a Marín y Vigo competir en igualdad de condiciones», apunta López Veiga, convencido de que no se tuvieron en cuenta factores como los costes a los clientes y que éstos no los trasladaron directamente.

Entienden, desde el puerto de Vigo y así se lo hicieron saber a Puertos del Estado en un escrito, que existen elementos que alteran la competencia entre ambas terminales y que habrían inclinado la balanza en favor de Marín, con unos costes de estiba y desestiba inferiores a los de las instalaciones olívicas, trabajos que en el caso del puerto que preside José Benito Suárez no son realizados al 100% por la plantilla de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (SAGEP), una exigencia legal.

Rechazo de Puertos

Quien no lo ve así es Puertos del Estado, que enmarca el conflicto, que circunscribe al ámbito de «relaciones comerciales entre empresas privadas», en la existencia del libre mercado y la competencia. Tumba por tanto las pretensiones del puerto de Vigo de paralizar la operación con medidas cautelares. Sobre la SAGEP, apunta que las decisiones sobre el dimensionamiento de su plantilla y el régimen salarial de sus empleados «son estrictamente privadas y acordadas con los trabajadores». Tampoco está de acuerdo en trasladar la cuestión a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, tal y como solicitaba la terminal viguesa, pues «no se puede señalar que la situación entre las terminales se produzca porque se haya infringido la Ley de Competencia, sino a consecuencia de la existencia de un mercado competitivo».

Y mientras que desde Marín prefieren ser prudentes respecto a este tema, del que «ya hablaremos cuando toque», en palabras de José Benito Suárez, López Veiga afirma que no ha dicho su última palabra. «Recurriremos, reforzaremos nuestro argumentario, pero se precisa de un exhaustivo análisis que llevará su tiempo hacer», señala.

Con todo, el presidente del puerto de Vigo tiene claro que hay pasos previos que están obligados a dar. Entre ellos apunta a reuniones con todos los actores implicados. «La contestación de Puertos del Estado pone en el punto de mira a las empresas estibadoras y tendrán que darnos una solución», indica. «Tenemos que revisar de quilla a perilla todas las escalas para hacer competitivo al puerto», zanja. Su última baza se la juega el día 27 en Algeciras cuando se verá con Maersk en un último intento por convencerla de que desista.