Ferroatlántica solicita a la Xunta que le permita vender sus centrales

Con un escrito ante Augas de Galicia, Ferroatlántica solicitó ayer la segregación de su actividad en la Costa da Morte. La empresa, integrada dentro del grupo Ferroglobe, pide a la Xunta que separe, por un lado, la producción de energía eléctrica en los ríos Xallas y Grande, y por otro, la fabricación de ferroaleaciones en sus plantas de Cee-Dumbría. Si lo logra, la compañía tendrá vía libre administrativa para vender sus centrales hidroeléctricas en la comarca y poner en marcha un plan industrial de inversiones tasado en 102 millones de euros.

La decisión, esperada durante meses por los trabajadores y las administraciones públicas, se dio a conocer en la jornada de ayer a través de un comunicado. En él, Ferroatlántica informó de que había «iniciado los trámites para llevar a cabo la única operación que garantiza el futuro de la compañía en la Comunidad y el mantenimiento del empleo».

La empresa sustenta sus argumentos en varios puntos. El primero, de tinte histórico. Asegura que la actual vinculación de la producción industrial y energética se remonta a cuando Ferroatlántica compró las fábricas y las centrales a la Sociedad Española de Carburos Metálicos. Entonces, la Xunta, «invocando el interés general», intentó que el negocio «boyante» de la energía sostuviese al de las ferroaleaciones, más deficitario. Hoy en día, afirma la empresa, esto ya no tiene sentido: «El resultado de explotación de las fábricas es cuatro veces mayor que en 1996 y el de las centrales cinco veces inferior [...]. Inversión total de roles».

El segundo puntal en el que se ampara Ferroatlántica es en el de la liberta de empresa. El comunicado sostiene que una serie de textos legales dictados en 2013 la hacen «imposible en la práctica». Principalmente, porque «las centrales del Xallas y Grande ya ni siquiera pueden suministrar legalmente electricidad a las fábricas de Cee, Dumbría y Sabón». El sistema eléctrico actual se lo impide.

Y por último: el plan industrial. El grupo Ferroglobe ha elaborado una estrategia para desembolsar 102 millones y generar 500 empleos —200 directos y 300 de manera indirecta— en toda Galicia, desde Arteixo hasta la Costa da Morte. La hoja de ruta, avalada por la representación sindical de sus sedes en el resto del país (con la reticencia del comité de Cee-Dumbría), incluye la instalación de una nueva fábrica de silicio solar en Sabón, capaz de generar 90 puestos de trabajo y 150 indirectos. O la construcción de un nuevo horno en la factoría de Brens, con el que aumentar en 26.000 toneladas anuales la producción y ampliar la plantilla en 25 empleos directos y 65 indirectos.

Son dos ejemplos, pero hay otras claves. La principal es que Ferroatlántica ha llegado a un acuerdo con la firma compradora de las centrales para garantizar «la preservación íntegra del actual volumen de empleo» en las instalaciones. Dicha empresa, cuya identidad no se desvela, ha trasladado su voluntad de fijar en Galicia «su sede fiscal y social en España».

Sin plazos

Sin venta y la correspondiente liquidez, no habrá inversiones. Ferroatlántica lo deja claro, y añade que «dado que el plan va en beneficio del interés general», esperan una «resolución favorable» de la administración gallega.

Fuentes de la Xunta consultadas por este diario subrayan que la solicitud ha sido recibida y remitida directamente a los servicios jurídicos de la administración. El departamento examinará al detalle el contenido de la petición y, por el momento, no se fija ningún plazo de tiempo concreto para dar una respuesta.