La dirección de Ciudadanos purga a los militantes críticos de La Coruña

Cuando el pasado mes mayo algunos coordinadores locales de Ciudadanos en la provincia de La Coruña decidieron enfrentarse a la dirección nacional por una decisión que creían injusta, asumieron que tarde o temprano desde Barcelona alguien decidiría poner fin a su militancia en el partido. El secretario de Organización, Fran Hervías, en una visita a Santiago para intentar calmar los ánimos después de descabalgar a su cabeza de lista por La Coruña en las generales saltándose el resultado de las primarias, había prometido que no habría expulsiones a no ser que los críticos siguiesen levantando la voz en público. No resultó convincente, y quienes apoyaron en su día a Antonio Rodríguez reconocían que sus días de naranja seguían estando contados.

Ayer, apenas cuatro días después de una jornada electoral en la que Ciudadanos perdió a su único diputado electo en Galicia, se confirmó la purga. Los críticos recibieron la notificación de la apertura de expediente disciplinario, y la dirección gallega lanzó un comunicado en el que se hacía público el mismo procedimiento para el ya exdiputado y para uno de los pocos cargos públicos del partido en la Comunidad, el coordinador local de Ames, Javier López, que declaró a ABC no haber recibido todavía el documento.

Este periódico tuvo acceso a los informes, con fecha del 29 de junio, que desde Barcelona se remitieron a los sancionados, en los que se les comunican las acciones contra ellos, que pueden desembocar en la suspensión de la afiliación por un período de hasta dos años, pérdida del cargo orgánico que estuvieran desempeñando, la inhabilitación para un puesto en el partido, y finalizar con la expulsión de la organización.

Falta «muy grave»

Pese a que en su día Hervías había insistido en que de no haber reincidencia no se tomarían medidas drásticas contra los militantes, en los expedientes el único hecho por el que se argumenta la sanción fue la primera rueda de prensa que convocaron los críticos, nada más conocerse el cambio de Rodríguez por José Canedo, que había sido candidato de UPyD a la Xunta en 2012. Desde la dirección nacional se reprocha que aquella fue una convocatoria «no autorizada» en la que se ponían en tela de juicio decisiones tomadas por el partido. Del mismo modo, desde Barcelona se entiende que las afirmaciones que allí se hicieron «dañan el nombre» de la formación que lidera Albert Rivera «ante los medios de comunicación», y se adjuntan en el expediente algunos recortes de prensa escrita y medios digitales sobre tal evento.

En aquella semana, los críticos primero, y el exdiputado más tarde, señalaron que el cambio de cabeza de lista iba «contra los principios del partido», y mostraban su «asombro» y desánimo», por una determinación que habían entendido como injusta, dado que «Ciudadanos defiende la imposición de las primarias a todas las formaciones y en este caso no respeta las suyas propias». Para la ejecutiva estatal, tales manifestaciones constituyen una falta «muy grave», que merece de la acción conocida ayer.

Ahora se abre un plazo para presentar reclamaciones a los órganos internos, pero los expedientados coinciden en mantener pocas esperanzas sobre una posible vuelta atrás. «En Ciudadanos no hay separación de poderes. El comité de garantías es un apéndice de la dirección nacional, que actúa a su dictado, por lo que todas estas actuaciones acabarán con la expulsión de los militantes», señalan.

«Resignación» y «tristeza»

Ninguna de las víctimas de la purga interna se mostró sorprendido ayer. Antonio Rodríguez declaró a ABC que «no fue plato de buen gusto salir a poner en evidencia que había cosas que no se estaban haciendo bien, pero no nos quedó más remedio», recuerda, y apunta que «el problema nunca fue nuestro, sino de los que manejan el partido y van de fracaso en fracaso electoral. A esos sería a los que habría que expedientar». Por su parte, el coordinador de Cambre, José Antonio de Lorenzo, se mostró «triste» porque «aunque se nos dijo que no se iba a hacer, sabíamos que esto pasaría por cómo suele actuar la dirección».

Las fuentes consultadas coinciden en que «habrá un goteo de expulsiones durante julio, porque en agosto y septiembre ya no se pueden permitir más escándalos y ya estaremos en período preautonómicas».