Caballero mide su talla política en el primer encuentro con Feijóo

El líder del PSdeG acude sin «temas predeterminados» a la reunión con el presidente del Ejecutivo autonómico

Los socialistas gallegos consideran el encuentro como el inicio de una nueva fase institucional en la vida del partido

Saludo entre Feijóo y Caballero al inicio del encuentro mantenido este miércoles por ambos en San Caetano CEDIDA
Mario Nespereira

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Sin escaño en el Parlamento y con una presencia mediática acotada a los actos de partido, a Gonzalo Caballero se le presenta ahora la ocasión de enfundarse el traje de la política institucional. La cita será mañana: se reunirá con el presidente de la Xunta por primera vez desde que fue designado como el líder del socialismo gallego. A las oficinas presidenciales de San Caetano llegará con la carpeta vacía , previenen fuentes de su entorno, pero lo cierto es que las expectativas del encuentro van más allá de un estrechamiento de manos. Encima de la mesa espera una lista de asuntos clave, en cuyo encabezamiento figura la reforma del modelo de financiación y se completa con un pacto de país contra los incendios. En ése marco ambos dirigentes tienen materia prima más que suficiente para dialogar.

La dirección del PSdeG, sin embargo, trata de enfriar la previa de la cumbre, como si el partido nunca hubiera dejado de participar de los circuitos de la alta política. Por eso, consideran que se trata de un «contacto rutinario» entre el jefe del Ejecutivo y el líder del «principal partido de la oposición» , aunque el título esté sometido a una constante disputa con En Marea, con quienes empatan en número de asientos (14) en la Cámara autonómica. De esa «charla normal y corriente» los socialistas no esperan otra cosa que el refuerzo de su faceta más institucional. Por lo demás, «no hay temas predeterminados» . ¿Y la búsqueda de un consenso para el reparto de los fondos autonómicos, el relanzamiento de la estrategia para asumir la AP-9, o la política forestal? Son «asuntos que pueden surgir», admiten.

Así, por cada ventana abierta al diálogo, hay al menos otra disponible a la crítica. Ocurre con la financiación. Hace semanas que populares y socialistas pactaron en el Parlamento unos criterios básicos para enfrentar el debate y solicitar que el futuro sistema refuerce, por ejemplo, las variables del envejecimiento y la dispersión. Pero eso no amortiguó todas las discrepancias. «El partido es crítico con el PP porque lleva un retraso muy importante a la hora concretar la propuesta de financiación . Dado que el Gobierno gallego presume de una relación especial con el Gobierno de Madrid, esto hay que exigirlo especialmente», reflexiona para ABC un dirigente próximo al secretario xeral.

Por lo pronto, el PSdeG ya ha manifestado que solo aceptará un modelo basado en la «solidaridad» y en la «equidad» entre ciudadanos españoles, dando un portazo a las posibles «fórmulas de privilegio» planteadas en los últimos días para sofocar el secesionismo en Cataluña. Algunas, como la formulada por el PSC para condonar deuda a la Generatitat, no fueron recibidas con especial entusiasmo en el partido.

Nueva fase

Sea como fuere, el socialismo gallego está inmerso en una nueva etapa. El equipo de Caballero ve aquel convulso periodo de interinidad, iniciado con la dimisión de Besteiro, por el espejo retrovisor. La celebración de los congresos provinciales vendrán a consagrar la renovación de las estructuras orgánicas. Ahí el secretario xeral se enfrentará a otro obstáculo: en las tres provincias donde el partido ostenta mayor poder institucional (La Coruña, Pontevedra y Lugo), los ganadores de las primarias son abiertamente contrarios a las tesis «caballeristas». Así que al economista vigués le toca el turno de demostrar que sabe desenvolverse en las alfombras de los despachos. A falta de la celebración de la segunda vuelta en Orense y los cónclaves locales, en O Pino «existe un ansia por superar la fase de elecciones internas y ponerse a hacer política con mayúsculas» .

El comienzo será la foto entre Feijóo y Caballero, una imagen muy difícil de imaginar si cambiamos al vigués por los líderes del BNG y En Marea. Aún así, los socialistas prefieren no hablar de brechas entre partidos del sistema y los que se sitúan fuera. Los discursos inflamados de la izquierda radical los sitúan más en la «retórica» que en la praxis, principalmente porque queda mucha legislatura por delante, unas elecciones municipales en 2019, y mucho que dialogar: «Las reformas debe producirse por consensos de diferentes partidos, no tienen por qué ser el PP y el PSOE, pueden ser todos» , apostillan. Mañana, primer intento en San Caetano.

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