Miguel Ángel Muñoz Blas, acusado de asesinar a Denise Thiem
Miguel Ángel Muñoz Blas, acusado de asesinar a Denise Thiem - EFE

El asesino de Denise confesó «sin presión y de forma voluntaria»

La forense del caso de la peregrina asesinada afirma que «lo tuvo muy crudo para defenderse»

Santiago Actualizado: Guardar
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El juicio por el crimen de la peregrina estadounidense Denise Thiem vivió ayer una dura sesión con el testimonio de la forense encargada del levantamiento del cadáver y de la autopsia. Su dura exposición, apoyada en fotografías, corroboró la violencia con la que norteamericana fue asesinada en el Camino de Santiago, a su paso por la provincia de León, hace dos años. «Lo tuvo muy crudo para defenderse», afirmó en el juicio, donde rebatió la versión del único acusado, Miguel Ángel Muñoz Blas, que primero confesó, después cambió su versión y ahora sostiene que se lo inventó todo al sentirse presionado por la Policía Nacional al ser detenido en septiembre de 2015, seis meses después de que se perdiera la pista de Denise.

«Cuando le dijimos que la versión que nos estaba dando era completamente inverosímil y que era imposible que los hechos se hubiese producido de esa forma, dijo que quería contar la verdad y así lo hizo, primero a las dos forenses que le estábamos examinando, en presencia de su abogada, y luego ante la juez», declaró la perito en declaraciones recogidas por Efe. «Confesó de forma voluntaria, sin presión alguna, ya que en esa momento no estaba presente ningún policía», subrayó. Y comentó que aquella confesión de culpabilidad fue «rica en detalles y sensaciones» por parte de Muñoz Blas.

La forense indicó, asimismo, que Denise «lo tuvo muy crudo para defenderse» o tratar de escapar. «Iba cargada con la típica mochila de los peregrinos, su agresor estaba armado, ella desconocía el terreno y además había una acusada desproporción de tamaños entre ambos», señaló.

Sin trastornos mentales

Sobre las pruebas psiquiátricas a las que el presunto criminal –en la actualidad en prisión provisional– fue sometido, la forense indicó que no se detectaron trastornos de personalidad límite o explosivo intermitente. «Era psicopatológicamente normal, aunque con rasgos de una persona metódica y con tendencia a la exageración», indicó, quien no obstante apuntó que «es imposible conocer su estado cuando se produjeron los hechos».

La perito corroboró que el fallecimiento de Denise se produjo por un traumatismo craneoencefálico que le ocasionó lesiones neurológicas muy graves. La muerte fue, sin ninguna duda en su opinión, violenta y homicida porque el cuerpo «estaba escondido, desnudo, en posición forzada, con las manos amputadas (nunca se encontraron y fueron seccionadas de forma traumática con un objeto afilado) y presentaba lesiones incompatibles con la vida». El corte en el cuello no era mortal y se descarta por completo que las heridas en la cabeza fueran por una caída.

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