Alberto Varela

Ambigüedades

Lo que no vale es decir un día una cosa y otro la contraria, o tener un portavoz partidario de la plurinacionalidad y otro de la unidad

Dicen que los gallegos cuando estamos en medio de una escalera no se sabe si subimos o bajamos, y seguramente sea cierto, pero también lo es que una vez arriba (o abajo) sabemos bien a dónde queremos ir, porque con medias tintas y dudas no se llega nunca a buen puerto. Si las aguas bajan revueltas, como ha ocurrido estos últimos años, puede uno pescar con indefiniciones algún pez despistado, pero si tiene buen juicio debe saber que cuando el río vuelva a su cauce o se define o desaparece. En política hay que tener un proyecto claro , por lo menos en lo que se refiere a los puntos fundamentales de discusión: el modelo económico, la descentralización o las libertades individuales. Otras cosas pueden ser variables, pero esas no.

La crisis económica nos ha dejado un panorama dominado por el pánico y en el que nadie se quería mojar, pero pasada la tormenta las cosas cambian. Que los partidos piensen sólo en la encuesta de turno, en el último «trending topic» de Twitter o en el titular de prensa del día siguiente es una desgracia porque la buena marcha de un país se mide en distancias largas, incompatibles con la respuesta rápida y la ambigüedad cobarde del que quiere que no lo ataquen, que tan de moda está en los últimos tiempos.

Ser nacionalista es legítimo, tanto como ser centralista, lo que no vale es marear y decir un día una cosa y otro la contraria, o tener —que esto también abunda mucho— un portavoz partidario de la plurinacionalidad y otro que mata por la unidad. Quien mucho abarca poco aprieta y el electorado no es tonto. En tiempos convulsos muchos votan para echar a quien consideran que lo hizo mal —el famoso voto en contra— y sería estúpido no aprovechar esas oportunidades que da la política, pero después hay que ponerse las pilas, dejarse de ambigüedades y dar a los problemas soluciones, si no quieren que el voto cabreado vuelva como un bumerán, ahora para tumbar al que se aprovechó de él antes. La política es así.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación