Reflejos

Hay momentos que nos abren los ojos para ver la realidad que la rutina muchas veces no nos permite reconocer. Son hechos que, como si de espejos se tratara, nos permiten ver a quienes nos rodean y a quién tenemos en realidad a nuestro lado. Hay episodios de nuestra vida en los qu e inevitablemente las cosas se tornan complicadas y, precisamente, es entonces cuando descubrimos a quienes no quieren verse reflejados en nuestro entorno.

Hoy España refleja una fatídica conclusión , una situación evitable en su día y que la ceguera de algunos que ahora gobiernan no permitieron gestionar. La ruptura, la herida abierta y encarnizada entre catalanes, viene dada por quienes no han querido sanar las enfermedades que se gestaban, por quienes no miraron de frente el espejo y agacharon la cabeza.

En la izquierda también, dividida ella y acérrima de la división , ni grandes ni pequeños radicales han sabido estar a la altura de las circunstancias, pues en sus reflejos tan solo constan intereses partidistas que les ciegan y les hacen dejar a un lado lo que preocupa en nuestro país.

Problemas que no salen reflejados en el espejo porque se quedan sin espacio en los medios de comunicación, pero que sufren cada día la inmensa mayoría de los españoles: autónomos, pymes, agricultores y profesionales que apagan la televisión hartos de que nada de lo que ven ni escuchan tenga que ver con ellos.

Sin embargo, hay una parte positiva en todo esto, y es que en esos reflejos también se puede ver la luz y, en ocasiones, una posible solución. Nunca es tarde para enmendar los errores e implementar aquellas decisiones que beneficien y cohesionen a nuestro país. Sin ir más lejos, debemos luchar con todas nuestras fuerzas por una educación en libertad que comparta toda la ciudadanía por igual, sin chantajes y con valentía, como fundamento de nuestra sociedad y de los valores que la describen.

Los desgraciados acontecimientos que están sucediendo estos días en Cataluña deben servir para ver reflejadas las causas que los provocaron , identificar a quienes lo permitieron, no olvidar aquello que existe y no nos dejan ver y para ser conscientes de que hay otra manera de actuar.

Lo deseable y lo que realmente se espera, es que en el espejo se vea reflejada la congruencia entre la política y las preocupaciones de la gente , entre la ilusión y el trabajo de la ciudadanía en un país que la defina y la defienda.