Del interés general al particular

El verano ha pasado en la Comunitat Valenciana de una manera discreta, salvo con algunos de esta nueva hornada de políticos hipsters, donde nos muestran una peligrosa adicción a ellos mismos y sus redes sociales exhibiendo un exagerado complejo narcisista.

En el Ayuntamiento de Valencia ha pasado el verano con el alcalde de total asueto estival, sin firmar ni siquiera las competencias. Es triste que en su primer año de mandato se le conozca más por los días que se ausenta del cargo sin delegar competencias que por su propia labor al frente. Mientras sus socios podemitas pasaron de bronca con sus propias asesoras porque mientras están de baja médica por ansiedad,se han pasado las vacaciones dando conferencias por Sudamérica.

El estrés queridos lectores.

El Consell de Puig, y Oltra (claro está), acometió una renovación en el segundo y tercer escalón de una manera casera diría yo, más que efectiva. Más preocupados en mirar a sus propias estructuras, sobretodo en el PSOE y desatascar futuros problemas internos. Destaca de esa renovación socialista la de dar salida a Joan Calabuig, con un nuevo cargo a su medida, y el retorno de Ciprià Císcar a la Carrera de San Jerónimo. Eso sí, ya aupando a Sandra Gómez como lideresa socialista en el Cap i Casal.

A la coalición morada, los podemistas de Montiel, toda esta renovación del Consell les ha pasado sin su participación. El verano empezaba con una comparecencia ante los medios del líder morado en la Comunitat comentando que su partido, Podemos, ya estaba preparado para entrar en el gobierno valenciano. Toda esta “iniciativa demócrata” coincidía con unos resultados del partido de Iglesias en tierras valencianas, y en toda España, más que discutibles de las últimas elecciones de junio. Viendo peligrar futuros gobiernos, qué mejor que entrar ya en este que está en marcha.

De momento, nacionalistas y socialistas se han repartido el pastel de los cargos sin contar con Podemos, incluso, y no es la primera vez, con titulares y declaraciones altaneras, y rozando el desprecio, como las del todavía conseller de Economía, Rafael Climent, que argumentaba que Podemos decidió en su día no entrar en el Consell y que debería ser consecuente…vaya, con los consellers que sostiene Antonio Montiel, o mejor dicho vaya con la Conselleria que ansía Montiel.

Y así, entre tirándose los trastos a la cabeza entre propios socios, ha pasado nuestro verano político valenciano. Ahora veremos cómo avanza este inicio de curso, estaremos expectantes.