HISTORIA MILITAR DE LA COMUNIDAD VALENCIANA

El comienzo de la aviación en Valencia

Dos pioneros del aire como Enrique Sanchís Tarazona y Juan Olivert Serra protagonizar un épico episodio para la memoria de sus paisanos

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Cuando el Ateneo Mercantil organizó en 1908 la Exposición Regional, fue consciente de la importancia de que la aviación, nacida poco antes (en 1903), estuviera representada en la Exposición con el aliciente de que fueran dos valencianos, Enrique Sanchís Tarazona y Juan Olivert Serra, los invitados a exponer los aeroplanos diseñados por ellos.

Enrique Sanchís Tarazona era un ingeniero establecido en París; empresario de automóviles, estaba muy interesado por la recién nacida aeronáutica que empezaba a ponerse de moda. Cuando recibió la propuesta de construir un aeroplano para exhibirlo en la Exposición, aceptó gustoso; sin embargo, su avión, sufrió importantes daños durante las pruebas de ensayo que le impidió, dado el tiempo empleado en la reparación, estar presente en la Exposición.

El otro invitado, Juan Olivert Serra (1888-1949), era natural de Cullera, miembro de una familia de acomodados terratenientes; finalizados sus estudios en Valencia, marchó a Barcelona a estudiar ingeniería, carrera que nunca llegó a terminar.

Interesado por la aeronáutica desde sus comienzos y una vez en Barcelona, tomó contacto con Gaspar Brunet Viadera, ingeniero textil, profesor de la Escuela y también apasionado de la aeronáutica.

Olivert solicitó su apoyo para construir un aeroplano y presentarlo en la Exposición, cuyos gastos serían cubiertos por el propio Juan Olivert. Una vez construido, se trasladó y montó sin hélice ni motor, en el Palacio de la Industria, expresamente construido para exponer los avances tecnológicos.

El 23 de mayo, la Exposición fue solemnemente inaugurada por S.M el Rey D. Alfonso XIII; amante y decidido impulsor de la aeronáutica española, se detuvo ante el avión y escuchó las explicaciones que le dio Olivert y sus dificultades para conseguir el motor y la hélice. Lo cierto es que el Ayuntamiento, el 31 de mayo, concedió a Olivert la importante cantidad de 25.000 ptas para la compra de ambas, hélice y motor Anzani de 25 cv, que quedarían en poder del Ayuntamiento una vez finalizadas las pruebas.

Con autorización del Capitán General, el avión se depositó en las instalaciones del 11 Regimiento Montado de Artillería, en Paterna; allí, gracias al desinteresado apoyo del personal se montó un hangar, se limpió de piedras y matas una superficie de 150 x 50 mts y los mecánicos militares ayudaron en la colocación y puesta a punto del motor.

El avión ya estaba en condiciones de empezar las pruebas y Olivert invitó para verlas a las autoridades con el Alcalde de Valencia a la cabeza el 5 de septiembre, a la muy torera hora de las 5 de la tarde. La prensa filtró la noticia y ese día, una multitud de más de 4.000 personas, invadió el acuartelamiento y la zona preparada para las pruebas.

El avión, con Olivert sentado a los mandos, salió del hangar empujado por los soldados; cuando el motor alcanzó las 350 revoluciones lo soltaron por indicación de Olivert, quien después de recorrer unos 70 m., optó por cortar motor y parar el avión. Remolcado al hangar se le cambiaron las bujías y ajustó el motor, colocándolo nuevamente en posición; cuando el motor alcanzó las 760 revoluciones, soltaron el avión que comenzó su carrera de despegue.

Tomo algunos de los escritos de Gaspar Brunet para describir este primer vuelo en España: “….el aparato levantó inmediatamente la cola, marchando suavemente sin tocar el suelo unos 40 o 50 metros con buena velocidad”. Cita también el autor que para evitar a la multitud tuvo Olivert que cortar motor y al rodar rompió una rueda en una zanja, e indica: “....de todos modos la prueba fue concluyente; el aparato dejó tierra con gran suavidad y a menos de ¾ de la potencia del motor, tomó automáticamente la posición de vuelo de modo que hace prever es un tipo de aeroplano de gran estabilidad y de muy fácil manejo”, añadiendo posteriormente: “....el valioso auxilio y amable acogida del estamento militar que con tanto entusiasmo ha acogido el primer aeroplano español que ha volado”. El subrayado es obra del autor del artículo.

Pocos días después el avión, ya reparado, fue llevado a terrenos en Nazaret; problemas en la transmisión y en el árbol de levas impidieron que volviera volar; Brunet se lo llevó a Barcelona donde estuvo expuesto, perdiéndole después la pista. Dos réplicas del avión fueron construidas en el año 2003 y pueden verse en el Museo de las Ciencias “Príncipe Felipe” de Valencia y en el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Cuatro Vientos.

El motor y la hélice fueron depositados por el Ayuntamiento en los Talleres de los Hnos. Vilanova, a disposición de nuevos constructores valencianos; pero eso es ya continuación de la apasionante y poco conocida historia de los comienzos de la aviación en la Comunidad Valenciana.

*JUAN GARAY UNIBASO es General de Aviación y pertenece al Grupo de Investigación Militar de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana

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