Joan Carles Valero - Letras expectativas

Matar al padre

Felip Puig presidió su último acto público como conseller

Joan Carles Valero
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Inspirado en la tragedia de Sófocles sobre el mito de Edipo, que se arrancó los ojos al ser incapaz de soportar el horror de descubrir que había cometido parricidio e incesto, Sigmund Freud desarrolló el complejo que lleva el nombre del rey griego. En una interpretación laxa del psicoanálisis, la figura metafórica de matar al padre expresa un proceso en el que el individuo se libera de la tutela progenitora para echar a volar. Supone romper con lo que el padre representaba, defendía o creyó. La exagerada expresión evoca la rebeldía adolescente ante sus designios. Algo de eso ocurre en el nacionalismo catalán.

Amortizado el gran patriarca Pujol, con el nuevo Govern del president Puigdemont “mueren” padres de Convergència que no hace tanto eran acusados de “talibanes” pero que ante el actual proceso de “desconexión” han mostrado junto al empresariado su preocupación por la inseguridad jurídica que supone una hoja de ruta secesionista que no cuenta con el respaldo mayoritario de la población en votos y choca contra el imperio de la ley de un Estado que no tolera la amputación de una de sus partes.

Mientras el inminente vicepresidente Oriol Junqueras ultimaba el nombramiento de los consellers a su cargo para convertirse en el referente de la economía catalana, Felip Puig presidió ayer su último acto público como responsable del departamento de Empresa y Empleo. Quien fue también secretario de organización de Convergència, conseller de Medio Ambiente, de Política Territorial y Obras Públicas y de Interior, además de látigo parlamentario de los tripartitos de Maragall y Montilla, ofició ayer su postrer discurso como gobernante para inaugurar en Barcelona el centro de ventas de la multinacional tecnológica china Lenovo, desde donde dará servicio a más de 13.000 empresas medianas de España, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. La apuesta de Lenovo, que ha contratado 60 profesionales, es la más importante en la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA en sus siglas en inglés).

En su parlamento, Puig se refirió a la italianización de la vida catalana, aunque expresándolo de otra manera: “a pesar de los fuertes debates políticos y del complejo momento de tránsito y cambios que atravesamos, la apertura de este centro demuestra que nuestro país genera confianza y que se apuesta por la economía productiva”. En efecto, más allá de la singularidad del momento político, la realidad económica de la inversión de Lenovo en Barcelona es motivo de autoestima y de confianza. Ojalá nunca se perpetre incesto con la madre patria y nadie tenga que acabar arrancándose los ojos.

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