El folleto de preinscripción confirma que la escuela catalana sigue vetando el castellano

La Generalitat solo ofrece a las familias que quieren más presencia de esta lengua que eleven su petición a la Administración para obtener «atención individualizada»

Imagen del folleto de preinscripción publicado hoy por la Generalitat ABC

ESTHER ARMORA

El pasado 4 de abril la Generalitat hizo pública la normativa que regula el proceso de preinscripción escolar en Cataluña, en la que no había referencia alguna a posibles variaciones en el modelo que permitieran a los alumnos elegir la lengua de enseñanza. Hoy, un día antes de abrirse el plazo oficial de preinscripción (del 13 al 24 de abril), el departamento de Enseñanza ha hecho público el folleto que deberán rellenar las familias para formalizar el proceso, en el que, tal como cabía esperar, no hay ni rastro de la polémica casilla lingüística , que daría a las familias la opción directa de elegir la lengua en la que quieren escolarizar a sus hijos.

El documento, consultado por ABC, no presenta ninguna variación con respecto a años anteriores y solo ofrece a los padres que quieren enseñanza en castellano para sus hijos la opción de reclamarla ante la administración para obtener, finalmente, «atención individualizada» en esta lengua, un sistema cuestionado por varias sentencias lingúísticas vigentes. Antes, los padres tenían también la opción de reclamar bilingüismo acogiéndose a la «vía Lomce», habilitada por el Ministerio y que contamplaba ayudas de hasta 6.000 euros por familia para este concepto, que finalmente asumía la Generalitat, aunque el pasado febrero el Tribunal Constitucional (TC) anuló esta vía al considerar este sistema de becas «inconstitucional».

Solo pregunta la lengua que entienden

El actual modelo de preinscripción solo da a los alumnos la opción de marcar la lengua que entienden (catalán, castellano o ninguna de las dos), lo que perpetúa el modelo de inmersión lingüística que blindó definitivamente la Ley Educativa Catalana (LEC), de 2009, al establecer el catalán como única lengua vehicular en la enseñanza.

La difusión de las normas y el folleto de preinscripción llegan poco después de que el Gobierno haya reconocido, pese a la vigencia del artículo 155, la imposibilidad legal de modificar el sistema educativo en Cataluña desde un ámbito distinto al del Parlamento catalán.

Así, si los padres quieren que su hijo estudie en castellano, el gobierno autonómico se limita simplemente a proporcionar atención individualizada al alumno y siempre que previamente sus progenitores lo hayan solicitado presencialmente a la dirección del colegio. Esa petición vuelve luego a la consejería.

Las familias no tienen otra opción que realizar ese peregrinaje, pese a que hay sentencias firmes que obligan al gobierno catalán a escolarizar totalmente en castellan o durante los primeros años de enseñanza a todos los alumnos que lo soliciten. Por lo que respecta a la etapa de Educación Primaria, las sentencias marcan que el alumno que pida más castellano reciba al menos un 25 por ciento de las clases en esa lengua pero no de forma individualizada sino junto a sus compañeros de aula .

Lluvia de fallos

La lluvia de sentencias que obligan a restaurar la casilla lingüística en la preinscripción empezó en septiembre de 2004 a raíz de varias denuncias de padres. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) emitió un fallo el 14 de septiembre de 2004 que obligaba al Govern a preguntar en las hojas de preinscripción sobre la lengua materna de los alumnos. Un año más tarde, en noviembre de 2005, el mismo tribunal se pronunció en el mismo sentido, fallo que fue de nuevo obviado por la Generalitat. Tres años después, el 14 de mayo de 2008, otra sentencia del TSJC obligaba a instaurar explícitamente la casilla en la preinscripción, opción que ratificó el propio Tribunal Supremo (TS) en un nuevo fallo en diciembre de ese mismo año.

Sólo una sentencia del TSJC (de noviembre 2009) ha avalado el actual modelo de preinscripción, frente a cuatro que lo desautorizan. Incluso en una de las tres sentencias del Supremo de diciembre de 2010 —las que indican que debe darse al castellano el rango de lengua vehicular—, el alto tribunal señala que «el modelo actual de preinscripción debe preguntar por la lengua habitual a los padres o tutores de los niños preinscritos».

Otra sentencia del TS, de diciembre de 2013, avaló el derecho de una alumna a recibir toda su primera enseñanza en castellano (Educación Infantil). Debido al incumplimiento de la misma, tal como avanzó ABC en su edición del día 17 de enero de 2015 , la Generalitat tuvo que afrontar su primera y única condena: pagar 3.000 euros en concepto de los déficits que tuvo esta menor al negársele este derecho mientras estaba en Infantil.

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