Un Villalón dividido despide a su párroco

El párroco de la localidad vallisoletana de Villalón de Campos, Francisco Casas, se despedirá este viernes de sus feligreses en el transcurso de la última misa que celebrará en el municipio terracampiño donde la tensión en las últimas jornadas se ha acrecentado. El sacerdote pidió al Arzobispado el traslado al sentirse «acosado y perseguido» por un grupo de vecinos que no comparten las actuaciones realizadas por el sacerdote y la forma de llevar la parroquia.

Lo cierto es que las diferencias que han marcado la pastoral del anterior párroco —que se jubiló después de más de cuarenta años de ejercicio en el municipio— y el nuevo, un joven cura de 27 años, subyacen en el trasfondo del enfrentamiento que se vive desde hace meses en Villalón, con los partidarios de unos planteamientos más progresistas, por un lado, y los más conservadores, por otro.

Las obras que se realizaron en la Iglesia de San Miguel, declarada Bien de Interés Cultural, donde se sustituyó una puerta de madera por otra metálica, así como otras actuaciones en el patrimonio de la localidad, acabaron por encender los ánimos en el grupo contrario a Casas que utilizaron las redes sociales para sus descalificativos. Sus detractores le reprochan, además, dar poca participación a los vecinos y dotar de un carácter «demasiado solemne y antiguo» a sus celebraciones y actos.

En el lado contrario, los partidarios del párroco, que desde este sábado estará ayudando al titular de Medina de Rioseco, aseguran que la actividad de la parroquia ha aumentado coniniciativas como el mercado de los santos o Holywins y que Casas «ha puesto orden».

El Ayuntamiento tampoco se ha visto al margen del asunto ya que es conocido en el municipio el enfrentamiento existente entre el alcalde, José Ángel Alonso, del PP, y Francisco Casas. El primero no ha querido manifestarse sobre la situación que se vive en Villalón y sólo reclama que vueva la convivencia entre sus vecinos.