Sociedad

Novatadas, un quebradero de cabeza para la universidad

El inicio de las clases trae también el recibimiento de los «veteranos» a los nuevos estudiantes. Las instituciones académicas se esfuerzan para frenar las prácticas vejatorias

Los veteranos lanzan harina y otros productos a los novatos en una imagen de archivo A. A.

M. ANTOLÍN

Para algunos son una especie de «bautismo» de cara a la entrada a la universidad y sirven para integrar a los nuevos, mientras que para otros pueden llegar a suponer un trato «vejatorio» para los alumnos recién llegados y no deben consentirse en una institución académica. Hay diferentes opiniones, pero lo cierto es que las universidades -y cada vez en mayor medida los colegios mayores y residencias- se esfuerzan cada año por terminar con las novatadas dentro de los campus y en sus instalaciones.

En el mes de septiembre no es raro ver por algunas ciudades a jóvenes con una «N» en sus rostros acompañados por otros con una «V», son los novatos y los veteranos. Juegos de presentación, disfraces o lanzar harina y otros productos son algunas de las acciones a las que más se recurre habitualmente para recibir a los nuevos estudiantes, aunque también suele estar presente el alcohol. Si hace años se limitaban a determinadas titulaciones y a la primera jornada del curso, ahora se han extendido en el tiempo -varios días-, a las residencias y a la mayoría de las enseñanzas, y eso es algo que preocupa y mucho a las universidades de Castilla y León, que animan a los recién llegados a denunciar todo aquel comportamiento que se pase de la raya y les haga sentirse humillados.

En Valladolid y Salamanca la Policía colabora con los centros universitarios

Con el inicio de las clases, la Universidad de Valladolid ha lanzado una campaña en contra de estas prácticas. Entre otras cosas, incluye carteles con emoticonos de Whatsapp, muy utilizados por los jóvenes, que se han colocado en los centros universitarios.

«Nos preocupa muchísimo», explica la vicerrectora de estudiantes del centro vallisoletano, Felicidad Viejo. Y es que pese a llevar tres años intentando «concienciar» y «sensibilizar» sobre este asunto, las novatadas persisten. «Nos gustaría que la acogida a los nuevos estudiantes fuese más civilizada», explica la representante de la institución académica que, incluso, ha contratado seguridad privada para estos días con la intención de que no se consuma alcohol en los campus ni se lleven a cabo estas actividades. También existe colaboración con la Policía Local, que patrulla estas semanas por las inmediaciones de la universidad y, por el momento, sólo ha realizado labores de identificación y ha intervenido en algunas alteraciones de orden público.

Esa misma cooperación existe en Salamanca, donde cada año lanzan una serie de advertencias ante estas prácticas a los estudiantes veteranos y animan a los novatos que se sientan humillados a comunicarlo a la universidad. Contemplan, además, medidas como la expulsión en las residencias y colegios mayores de su competencia para los que se pasen de la raya, según explica su vicerrectora de Atención al estudiante, Cristina Pita.

Problemas con la basura

Tan preocupados están en Burgos por este asunto, que el rectorado ha pedido ayuda a la Policía y ha enviado una carta a toda la comunidad universitaria mostrando su inquietud por el «desarrollo y duración» de las novatadas que se han producido estos días en los recintos universitarios, por su repercusión social y sobre la salud pública así como por la generación «intolerable de basura». En la Universidad de León, se intentan controlar estas prácticas a través de reuniones con las comisiones de alumnos de cada facultad, detalla la vicerrectora del área, Ana Isabel García, que se encuentra al inicio de su segundo curso al frente de este departamento. «Nos preocupa, pero por el momento no ha habido quejas de problemas graves», explica.

Imagen de la campaña contra las novatadas de la Universidad de Valladolid

En la otra cara de la moneda se encuentran los estudiantes. Andrea y Nico son dos de los novatos de este año en la Universidad de Valladolid. Se han enfrentado a «pruebas» como juegos de presentación o mancharse con harina y ketchup, pero no ven ninguna maldad en los veteranos ni les parecen mal las novatadas. Al contrario, creen que les están sirviendo para conocer al resto de sus compañeros de aula y les ayudan a integrarse en su nuevo entorno.

A favor están también los veteranos que hace tan sólo un año estaban en ese mismo papel. «Es una forma de divertirse, de que se conozcan mejor y hagan amigos», asegura convencido Marcos, que también hace hincapié en que nunca se obliga a nadie a pasar las pruebas. «Hay chicos que no han querido participar y no ha pasado nada», relata.

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