Temporal

El gasto de sal supera en dos nevadas la media de toda una campaña invernal

Varias instituciones reponen sus existencias de fundente tras duplicar lo esparcido en el año anterior

Un operario del Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga esparce sal ICAL

M. GAJATE

Tras una primavera, verano y otoño secos, el invierno ha llegado cargado de humedad y en especial de nevadas . Hacia años que no se veían tantos copos cubriendo todo Castilla y León y así lo han sufrido los vecinos de la Comunidad y los conductores que han desafiado a las inclemencias meteorológicas y han tratado de circular por sus carreteras. Un escenario en el que una de las piezas clave para poder combatir al manto blanco ha sido la sal. Miles de toneladas vertidas sobre carreteras y aceras que han hecho que los depósitos de sal se hayan vaciado a mayor velocidad de lo habitual. Algunas instituciones han tenido que pedir más y otras se apañan, por contar con una elevada partida inicial por si la campaña se complica. En cualquier caso, según sus estimaciones, a estas alturas ya se ha superado tras dos episodios fuertes de nevadas la cantidad de fundente que se esparce habitualmente en toda una campaña invernal. La previsión es que esa media se supere con creces. Hoy mismo, vuelve a bajar la cota.

Así lo reflejan los datos que manejan en la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. En concreto, sólo en el fin de semana de Reyes y el siguiente se hizo uso de unas 4.000 toneladas . No hay cifras concretas del total, pero tras la última nevada, las estimaciones apuntan a que se hayan superado ya las 30.000 que de toda una campaña «normal», un consumo que, no obstante, no se alcanzaba desde 2012/2013, ya que los últimos años han sido escasos de copos. De hecho, lo ya gastado es más el doble que lo de hace doce meses.

En las ciudades, la nieve no ha pasado desapercibida. El caso más notorio ha sido Ávila, donde más «bloqueo» han producido los copos en este invierno. El Ayuntamiento de la capital amurallada tuvo que pedir más sal tras agotar en un mes las reservas. Hasta 900 toneladas se esparcieron en los dos episodios de nieve que ha sufrido.

En León no llegaron a ese extremo, pero ya han encargado más sal y en Salamanca la van reponiendo a medida que se consume . Mientras otros inviernos hay remanentes, este año se podrían agotar. Ya se han consumido cien toneladas de sus depósitos de 200. En 2016 y 2017 no se llegaron a consumir ni 20 en toda la campaña.

También las Diputaciones han tenido que hacerse con más volumen de fundentes. En su caso el destino es doble. Por un lado, se pone a disposición de los municipios para hacer frente a la nieve sobre sus calles; y, por otro, se recurre a él para procurar la mayor transitabilidad de las carreteras provinciales. En este contexto, Ávila y Segovia han tenido que hacer acopio. En esta última semana la primera de ellas vio como le llegaba un pedido de 200 toneladas y la segunda de 350, que llenaban diez trailers.

Según la provincia, se nota un mayor o menor consumo de sal. Mientras en Segovia, cuyas carreteras más titulares han llenado en este invierno, se han gastado ya 1.200 toneladas, en León -donde la nieve tampoco ha pasado de largo- el consumo es justo de la mitad .

Carreteras

La mayoría va a carreteras. Valga de ejemplo cómo en Ávila se han consumido 1.370 toneladas en la red viaria y 215 en municipios. Una cifra, ésta última, que contrasta con la de el año pasado, que en toda la campaña no superó las 33 . También en Salamanca, se duplica ya el volumen de sal esparcido en la provincia por parte de la Diputación.

Sólo con los datos de las citadas instituciones autonómica, local y provinciales -que son en su mayoría las que más volumen de fundente manejan, aunque éste sea necesario en todas las provincias no sólo por nieve sino también por heladas- se ha consumido ya una cantidad de fundente equivalente a al menos a 2,1 millones , teniendo en cuenta que el precio medio es de entre 60 y 80 euros la tonelada.

A ello habría que sumar lo correspondiente a la administración estatal para el mantenimiento de las carreteras nacionales. No se dispone de datos de consumo de la actual campaña, para la cual la Delegación del Gobierno en Castilla y León se dotó de 87.000 toneladas, cuyo coste sería superior a los cinco millones de euros.

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