Ignacio Miranda - Por mi vereda

Banderas para unir

«Resulta más grave todavía que la propia idea de España, entre las generaciones jóvenes, se vea a menudo como un invento de la dictadura»

Ignacio Miranda
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Hay que acabar con la creencia de que la bandera es un símbolo que solo se utiliza en los cuarteles y en los partidos de la selección». Así se expresa Javier Guío, director de la Cátedra de Cultura de Defensa de la Universidad Católica de Ávila, tras la inauguración en la ciudad amurallada de una exposición sobre el origen y la evolución de nuestra enseña nacional. Una opinión que compartimos millones de ciudadanos hartos de los complejos patológicos de unos y la manipulación histórica de otros, caldo de cultivo adecuado para asociar la bandera al franquismo, despreciando su valor como símbolo de unión en la diversidad.

Resulta más grave todavía que la propia idea de España, entre las generaciones jóvenes, se vea a menudo como un invento de la dictadura.

Una empanada mental terrible que proviene de lo políticamente correcto, lo progre que mola, para ignorar la existencia de una Hispania romana, de la Reconquista, del sueño ilustrado de Jovellanos o de la esencia liberal que articuló la Constitución de Cádiz. A raíz de la brutal paliza propinada en Murcia a una joven que llevaba una pulsera rojigualda, por parte de una horda de pendencieros antisistema que recurren a la violencia como terapia ocupacional, se hacen más necesarias este tipo de acciones divulgativas.

Setenta enseñas se exhiben en la muestra. Las más antigua, fechada en el siglo X, pertenece al Reino de Navarra. Entre ellas, estandartes de diferentes regimientos y unidades militares y las distintas versiones de la bandera nacional, con la cruz de San Andrés o el águila de San Juan, que no se eliminó del escudo hasta 1981. Porque en heráldica el águila imperial, que obsesiona a algunos indocumentados, es bicéfala. En la naturaleza, esta joya de la fauna ibérica mantiene una población reducida pero creciente, a pesar de los numerosos ejemplares electrocutados en torretas. El último murió hace unos días en plena Moraña. Aclarado.

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