EDUCACIÓN
El 90 por ciento de los recién titulados de FP que trabaja lo hace en Castilla y León
Un informe de Educación asegura que la inserción es similar en los grados medios y superiores
Los años de crisis le dieron un papel protagonista. Si antes de ese periodo los estudiantes parecían tener claro que su preferencia formativa sería la universidad, cuando explotó la crisis la alta inserción laboral de la FP hizo que sumase adeptos, e incluso que personas que habían dejado de lado los libros optasen por esta elección como puerta de entrada más rápida al mercado laboral. Además, cuando se lucha por evitar que el talento salga de la Comunidad y los jóvenes formados en la región se desplacen a otros territorios, la Formación Profesional permite que los jóvenes puedan quedarse en su tierra.
Así lo recoge un informe de la Consejería de Educación de 2017 con datos referidos a aquellos que terminaron sus estudios en 2016. Casi nueve de cada diez recién titulados que estaba trabajando un año después de salir de las aulas lo hacía en la región y más del 80% contaba con un empleo en su localidad de residencia.
Sólo el 6,6% de los estudiantes que decidió cursar FP en Castilla y León salieron fuera para trabajar. ¿Qué rama profesional es la que más sufre ese éxodo de estudiantes? La de Artes Gráficas, donde el 16,7% de los egresados tiene un empleo fuera.
Desde 2001, año en el que la Comunidad se hizo cargo de las competencias en educación no universitaria, el Gobierno regional se ha propuesto hacer un análisis exhaustivo del camino que siguen los alumnos un año después de que finalizasen sus grados. De ahí, estudios como éste en el que participaron 2.000 titulados, a través de 4.100 encuestas, la mitad de ellas realizadas a los seis meses de terminar y la otra, al año de haber pasado por FP.
La tasa de inserción de estos titulados ha aumentado progresivamente -salvo algún bajón- con el paso de los años y, actualmente, se sitúa cerca del 79%. En el año 2011, era casi 19 puntos inferior. No hay prácticamente diferencia entre la tasa de inserción de los que se deciden por un ciclo de Grado Superior -después del Bachilletato-, que supera el 80%, y el Grado Medio -tras cursar la ESO-, con un 79,2.
Sin embargo, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los estudiantes al acabar sus estudios es la temporalidad. Así, uno de cada cinco tiene un contrato fijo al año de haber terminado y un 13% sigue trabajando en prácticas.
Seguir estudiando
Doce meses después de finalizar sus estudios, la mitad de los alumnos se encuentran trabajando, uno de cada tres continúa estudiando y el 13,5% está buscando un empleo, mientras que el 1% ni tiene trabajo ni lo busca. Cada vez son más los que deciden continuar formándose con una tasa que alcanza el 37,1%.
¿Y qué camino eligen aquellos que prefieren continuar en las aulas? Prácticamente la mitad opta por continuar en Formación Profesional y acceden a un grado superior, casi uno de cada cuatro da el salto a la universidad y un 8,5% prepara oposiciones porque está decidido a acceder a la administración pública.
Los que se disponen a encontrar un puesto de trabajo y lo consiguen en meses suponen el 49,5%, mientras que aquellos que a los pocos días de terminar ya están colocados son el 13%. Hay quien tiene la suerte de continuar en aquellos sitios en los que han realizado las prácticas formaticas -casi uno de cada cinco- y también quienes siguen donde estaban trabajando antes de empezar su ciclo -un 18%-.
Pocos emprendedores
Mantienen su éxito de inserción las mismas ramas profesionales que habitualmente. De las 21 implantadas en la región, persiste en cabeza la de Instalaciones y Mantenimiento, seguida por Actividades Físicas y Deportivas, Química, Hostelería y Turismo y Sanidad. En el otro extremo, sólo hay cinco vías en las que la tasa baja del 75%. La que peor dato obtuvo en el año en el que se realizó en el informe fue la Agraria.
Y en un momento en el que las administraciones se esmeran en animar a los estudiantes a que emprendan su propia aventura empresarial, al menos en Formación Profesional, pocos deciden dar ese paso. Prácticamente el 96% trabaja por cuenta ajena y el resto, sólo un 4,2, lo hace por cuenta propia.
Noticias relacionadas
