La cineasta Mabel Lozano, en una comparecencia reciente
La cineasta Mabel Lozano, en una comparecencia reciente

Mabel Lozano: «No puedo ser tibia con la trata; es la esclavitud extrema»

«Chicas nuevas 24 horas», largometraje nominado a los Goya, se exhibe por colegios e institutos de Castilla-La Mancha

Toledo Actualizado: Guardar
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«Me encontré con la señora y me dijo: Necesito una chica en Mazuko, para el restaurante. Entonces, tres de nosotras fuimos. La señora me dijo: Tienes que lavarte rápido. Y le pregunté dónde estaba el restaurante. Ella no me respondió. Era un bar». Así es como Yandy, una adolescente peruana de 15 años, cayó víctima de una red de tráfico de niñas y fue obligada a prostituirse en una mina ilegal de Perú.

Ella escapó con la ayuda de una ONG. Ni el Gobierno ni su familia se hicieron cargo de ella. Este testimonio, junto a los de Sofía, Ana Ramona y Estela es lo que recoge el documental «Chicas Nuevas 24 horas», dirigido por la cineasta toledana, Mabel Lozano, nominada a los Premios Goya en la modalidad de película Documental.

La directora, nacida en Villaluenga de la Sagra, ha escrito, dirigido y producido esta película para cambiar «esa percepción sobre la trata porque eso es la esclavitud actual», afirma Lozano, quien ha rodado los testimonios de estas jóvenes en Perú, Colombia, Paraguay, Argentina y España, para denunciar el lucrativo negocio del tráfico de mujeres. Su trabajo cinematográfico le ha llevado cuatro años de investigación y conseguir sacarlo adelante.

Lozano no duda en señalar a culpables. Proxenetas, familiares, autoridades corruptas, consumidores. «Es el tercer mayor negocio del mundo después de las drogas y las armas, que mueve 32.000 millones de dólares. Y, claro, tiene muchos cómplices», explica la directora. «No se puede mirar para otro lado y ser tibios con la esclavitud del siglo XXI».

Sensibilizar a los jóvenes

Por eso valora positivamente que «Chicas Nuevas 24 Horas», que se está proyectando en diferentes colegios e institutos de Castilla-La Mancha, con el apoyo de la Junta de Comunidades y dentro de la campaña de sensibilización para concienciar a los jóvenes del problema que supone la explotación sexual, es el quinto largometraje que rueda la directora sobre este tema.

Lozano es autora también de cinco cortos y tres campañas internacionales en defensa de los derechos de las mujeres, la mayoría en contra de la explotación. El primero, «Voces contra la trata», fue pionero porque hace 10 años no se hablaba tanto de este asunto. Con su segundo trabajo, «Escúchame» trataba sobre la complicidad de los clientes.

El largometraje se complementa con una exposición «Chicas nuevas 24 horas», que está realizada con los fotogramas del filme, pero con paneles interactivos. «Y también hay una web que sirve de ventana para contarles a los jóvenes esta realidad», señala.

«Como ser humano, como madre, como mujer, no puedo mirar para otro lado»
Mabel Lozano

«Me llamo Sofía y tengo 17 años. Cuando llegué a Madrid, yo venía con mi prima. Porque como era menor de edad, debía tener una persona que se encargara de mí hasta que tuviera los 18 años. Ella vino aquí buscando una vida mejor y nos quedamos con nuestra tía viviendo. A mi prima le obligaron a ejercer la prostitución. Un día llegó llorando, sangrando, contándome que se había acostado con 40 hombres. Y me dijo: ‘Ya no quiero hacer más este trabajo porque me maltratan’. Le pegaban...».

«Al margen de que la trata es un referente en mi carrera, como cineasta estoy muy comprometida. Pero también soy una activista. Colaboró con la Asociación Apramp, que trabaja con víctimas de trata», afirma la también actriz. «Como ser humano, como madre, como mujer, no puedo mirar para otro lado. Frente a mi hay niñas y mujeres que están sufriendo la esclavitud extrema. Quiero ser una ciudadana de primera y para eso tú no puedes ser cómplice de ese delito tan grave de violación de derechos humanos», afirma.

Y el esfuerzo y el trabajo se están viendo compensados. El documental se está exhibiendo en colegios de Paraguay en guaraní «Estamos haciendo un trabajo trasversal: prevenir y sensibilizar, tanto en origen como en destino», reconoce. Y también acumula premios. Ha recibido uno en Bolivia y están seleccionados en Indonesia, Yakarta, en Santiago de Chile y «el Congreso de los Diputados de Paraguay ha declarado esta película de interés nacional, cultural y social», concluye la cineasta.

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